Sale Juanito gritando:
– ¡Mamá! ¡Mira, mamá! ¡Una culembra!
“¡Nooo Juanito, cómo eres tonto! ¡No se dice culembra!”.
– Entonces, ¿cómo se dice, mamá?
“¡VÍMBORA!”.
Autor: Maestro de español.
Familiar
En el entierro de un multimillonario, una mujer lloraba desesperadamente y el cura la aborda:
– Era usted un familiar muy cercano, ¿verdad?
“No”.
– Y entonces, ¿por qué llora?
“Pues por eso mismo, padre”.
Autor: Soltera en busca de billetes… optimista, por cierto.
Primaveral
Es una mujer tan gorda, tan gorda, tan gorda… que cuando se ponía una camiseta de flores, los vecinos creían que ya estaban en primavera.
Autor: Un nutriólogo sangrón.
Malditos dichos
– Cariño, ¿Crees que estoy gordo?
“Mi amor, ¿sabes eso que dicen, de que lo que no mata engorda?”.
– Sí”.“Pues tú, mi vida, ¡eres inmortal!”.
Autor: Mujer escuálida.
Por qué será
– Mamá, hasta en mis sueños me dicen gorda.
“Tranquila hija, solo son pesadillas”.
– ¡¿QUESADILLAS?! ¡Dónde, dónde!Autor: Un bariatra.
Ironía
Iba un caracol cruzando la calle y lo atropella una tortuga, cuando despertó estaba en la sala de terapia intensiva, y el médico le pregunta:
– ¿Cómo ocurrió todo?
“No sé, ¡fue todo tan rápido!”.
Autor: Un ciempiés.
Remedio infalible
Dos amigos se encuentran y conversan.
– No sé qué hacer con mi bisabuelo, se come las uñas todo el tiempo.
“Al mío le pasaba igual, y le quité la manía en un momento”.
– ¿Cómo? ¿Le amarraste las manos?
“No, le escondí los dientes”.
Autor: Un dentista.
Lógico
Están tres amigos tomándose unas cervecitas en el bar:
– Mi mujer me engaña con un albañil.
A lo que los otros preguntan:
“¿Y cómo lo sabes?”.
– Porque al llegar a casa me encuentro ladrillos y sacos de cemento debajo de la cama.
“Pues la mía me engaña con un carpintero”.
– ¿Cómo lo sabes?, le preguntan.
“Porque siempre me encuentro un serrucho debajo de la cama”.
Y dice el tercero:
– Pues mi mujer me engaña con un caballo.
“¡Eso sí que es raro! ¿Cómo lo sabes?”, cuestionan los demás.
– ¡Porque todas las noches me encuentro al jinete debajo de la cama!
Autor: Un jinete muy sagaz.
Motivación
El marido llega a su casa al amanecer, lo espera su mujer en la puerta, está borracho y
con manchas de lápiz labial.
– Supongo que hay una razón para que llegues a las seis de la mañana… reprocha la mujer, a lo que el marido contesta:
“Sí, el desayuno”.
Autor: Esposa que no cocina.
Consecuencia de la crisis
Había un niño que jugando a la pelota se le salió un diente, y dice a su madre:
– ¡Mamá, mamá! Se me salió un diente, ¿qué hago?
“Déjalo debajo de tu almohada y el ratoncito de los dientes te dará algo”.
El niño hizo eso y, al siguiente día, su mamá le pregunta:
“¿Y qué te trajo el ratoncito?”.
– Nada, ¡me dejó un papelito que decía “sigue participando”!
Autor: Anónimo de Banamex.
Confundido
Una señora le pregunta a un niño:
– ¿Cómo te llamas?
“Uuuyyy señora… ya ni sé”.
– Pero, ¿por qué me dices eso, niño?
“Pues verá, en mi casa mi papá me dice Francisco, mi mamá Pancho, mis hermanos Paco, y mis tíos Kiko; y cuando estornudo, ¡todos me dicen Jesús!”.
Autor: Anónimo del Registro Civil.
Engaño
Llega un niño muy contento a su casa y le dice a su papá:
– ¡Papá, papá! Engañé al chofer del bus.
El papá responde muy emocionado por la trampa de su hijo y le pregunta:
“¿Cómo, hijo?”.
– Le pagué y no me subí.
Autor: Chofer feliz.
Esos gallegos
– Oye Manolo, ¿te enteraste que se murió Paco?
“¡¿Qué?! ¿Pero cómo sucedió?
– Fue a tirar el cigarrillo por el balcón y olvidó soltarlo.
Autor: Esos argentinos.
Un gran nadador
Rylee es un perro de raza Malinois belga de apenas 10 meses de edad. Es decir, prácticamente sigue siendo un cachorro.
Resulta que el domingo 28 de agosto, sus dueños, Ed y Kristen Casas, daban un paseo por el Lago Michigan con el can a bordo cuando cayó al agua. Por supuesto, la búsqueda para encontrarlo fue desenfrenada, por todas las vías y hasta con el apoyo de la Guardia Costera.
Incluso se ofreció una recompensa de 5 mil dólares para quien conociera el paradero de la mascota, hasta que finalmente a la pareja le llegó la noticia de que el animalito había sido visto paseando por el campamento de Platte River, por lo que se apresuraron a la zona tan solo para descubrir que Rylee, todavía empapado, había nadado ¡EN ZERIO! seis millas para llegar a la orilla. Qué Olimpiadas ni qué nada.