29.4 C
Tijuana
lunes, octubre 7, 2024
Publicidad

Jason Bourne

Esto podría ser el final de Jason Bourne… pero no tenemos tanta suerte. Si acaso todavía se le puede sacar jugo al personaje, la debilidad de esta quinta entrega de la saga no será nada ante el agotamiento de un sicario que Matt Damon hizo famoso -porque el actor es demasiado talentoso para que haya sido viceversa- y que ahora resulta que el agente de la CIA que perdió la memoria enfrenta a un enemigo al estilo Julian Assange de WikiLeaks.

Pero ese es solo un pedacito de esta historia. Ahora Bourne está luchando con su propio origen, empeñándose en descubrir quién mató a su padre, el que tal vez lo educó para que se convirtiera en el misterioso matón que es el blanco del director de la CIA (Tommy Lee Jones).

Con esta combinación de adversidades, además de revueltas sociales por aquí y por allá, se vende esta película que pasa del frenesí al tedio mientras los hackers se hacen maldades y uno, desde la butaca, pasivamente los observa sin más remedio.

El problema aquí es que ya sabemos a dónde va: o sea, a ningún lado, entre escenarios bien fotografiados desde Europa hasta Las Vegas, con la acción sin lógica que brinca de escena a escena y luego se pasma, carente de un ritmo narrativo tal vez porque Jason Bourne no tiene nada nuevo qué contar. Vaya tragedia cinematográfica. *

Punto final.- Esperemos que a partir de septiembre se ponga buena la cartelera local. Urge.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas