La tarde del jueves 15 de septiembre, unas 5 horas antes de que el presidente Enrique Peña Nieto diera el tradicional Grito de Independencia desde el balcón del Palacio Nacional en el Zócalo de la Ciudad de México, miles de personas se manifestaron en las calles de la capital para exigir la renuncia del mandatario nacional.
La movilización arrancó en el Ángel de la Independencia bajo la consigna de “Fuera Peña”, encabezada por padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y por pobladores de Atenco, quienes corearon la consigna “Ni perdón ni olvido, ¡castigo a los asesinos!”. Además, un cartelón dominaba entre muchos y decía: “Peña Nieto inepto. Por el bien de México renuncia”.
La marcha sirvió para recabar firmas que llevarán en próximas fechas al Senado de la República, exigiendo la destitución de Peña Nieto como Presidente de México.
De acuerdo con la convocatoria, el inicio de la manifestación se dio a las cinco de la tarde, del monumento del Ángel de la Independencia, con dirección a la Plaza de la Constitución donde, por la noche, inició la ceremonia oficial del Grito de Independencia encabezado por el titular de la Presidencia de la República.
Los detonantes de la manifestación, se indicó en los carteles convocantes, son “la casa blanca” adquirida de uno de los proveedores favoritos del Gobierno de Peña Nieto, el Grupo Higa, además de la devaluación del peso frente al dólar, que hoy casi llega a los 20 pesos, aunado a la visita del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, que reiteró desde Los Pinos su intención de construir un muro en la frontera con México.
Éste fue el cuarto año en el que Peña Nieto salió al balcón de Palacio Nacional a dar el Grito mientras en la plancha del Zócalo se manifestaron los ciudadanos que son parte de ese 74 por ciento de desaprobación ciudadana a su Gobierno, según lo reportado en agosto pasado por Reforma.
Por otra parte, quien se equivocó fue Dora Patricia Mercado Castro, secretaria de Gobierno de la capital de la República, quien aseguró la mañana del jueves previo a la marcha que la misma “no alcanzará ni las mil personas, pues es una discusión de redes sociales”.
“No vemos una marcha masiva, también hay otro tipo de supuestamente de amenazas de grupos anarquistas y tal, pero realmente más es un movimiento en redes que algo que realmente vaya a suceder, aunque tomaremos todas las medidas”, indicó la funcionaria capitalina, que erró en sus pronósticos.
La marcha coincidió con decenas de camiones de presuntos acarreados a la ceremonia de El Grito, que pasaban por los carriles laterales, los cuales recibieron una rechifla y se convirtieron en blanco de burlas por parte de los manifestantes.
Los vehículos pudieron continuar su paso gracias a la intervención de la policía de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México. Los manifestantes fueron bloqueados por granaderos para que no pudieran llegar a donde Peña Nieto se asomaría por el balcón presidencial. Carlos Álvarez