La pregunta es totalmente válida: ante la cantidad y tipo de delitos (especialmente homicidios) que se han venido cometiendo en Tijuana durante el año 2016, sobre todo en los meses y semanas recientes, fenómeno llamado por muchos ciudadanos y los medios de comunicación como “La ola de violencia”, ¿es oportuno o no hacer algo públicamente?
Hay muchas posturas al respecto, pero sobresalen dos:
La primera, recomienda no hacer nada, bajo cuatro consideraciones; 1) El argumento de que las autoridades están haciendo lo correcto, por lo que “mucho ayuda el que no estorba”. 2) Que las muertes son entre criminales -ajustes de cuentas-, por lo que “si eres un ciudadano de bien, no tienes por qué preocuparte”, 3) Hay que “vender bien el camello” y, por lo tanto, si se difunden demasiado los hechos sangrientos, se ahuyentará a los inversionistas extranjeros, 4) Ya hay diversas estructuras ciudadanizadas que se están haciendo cargo del tema, y 5) Si nos comparamos con otras ciudades, no estamos tan mal.
La segunda postura, exige una actuación inmediata, recordando con dolor la pesadilla sufrida por los tijuanenses en los últimos años de la década anterior, destacando que, 1) Precisamente, por no haber hecho nada, por no haber reaccionado oportunamente, se produjo ese tamaño de problemática, 2) Actuar en este momento coadyuvará a impedir un vacío de autoridad propiciado por la transición entre las administraciones municipales salientes y entrantes, 3) No todos los homicidios se cometen contra narcotraficantes. Al margen de la cantidad de otro tipo de asesinatos, las lamentables características de los mismos ameritan una enérgica reacción socio-gubernamental, 4) Más que preocuparse de que “el camello no se venda tan bien“, de seguir las cosas así, hay un riesgo mayor de que “el camello” luego no se pueda vender de ninguna manera y hasta de que se enferme mortalmente, y 5) Sin menospreciar las buenas intenciones y la valía de otros esquemas que ya se encuentren abordando el tema, los hechos demuestran que lo que se está haciendo no es suficiente.
De acuerdo a una expresión de Albert Einstein, “No esperes resultados diferentes si se sigue haciendo lo mismo”, es decir, se tiene que hacer algo más, mucho más de lo que ya se está haciendo actualmente. Es muy peligroso acostumbrarse a la violencia; verla como algo normal.
A los tijuanenses les preocupa o les deben de preocupar y se tienen que ocupar, entre otros temas, de los cientos de muertes, sean entre narcotraficantes o no, de los infanticidios, del asesinato de Destiny Gonzalez y de otros jóvenes, de la alta tasa de drogadicción, de los efectos del Nuevo Sistema de Justicia Penal, de la pérdida de valores y de la presencia de los refugiados, asunto que está complicándose cada día más.
Ante ello, se llevó a cabo la segunda edición del foro “Todos Unidos por la Seguridad”, evento convocado por CANACO, al cual asistieron autoridades y representantes de organismos ciudadanos, para que se dieran a conocer las propuestas recogidas en la primera edición de dicho foro, así como nuevas ideas que surgieron durante la reunión.
Como suele suceder en estos casos, hubo múltiples expresiones, pero en esta ocasión las participaciones fueron más enfocadas y el proceso acordado permitirá afinar aún más el camino.
Por ahora, lo más importante es que las inquietudes ciudadanas ya tienen una vía acorde a la exigencia social.
Como es del dominio público, el pasado 8 de septiembre se llevó a cabo la primera edición del foro y como es natural, hubo algunas opiniones relativamente fuera del propósito central, pero eso paulatinamente se perfeccionará en las reuniones subsecuentes.
Afortunadamente, ha quedado claro que se evitarán intereses políticos y que no hay nada que perder haciendo el foro. Al contrario.
Todo es cuestión de contener la ola de violencia.
Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil, A.C. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: www.AlianzaCivil.Org Facebook: AlianzaCivil Twiter: @AlSandoval
