El Cabildo de Tijuana aprobó que a la Casa de la Cultura Tijuana se anexe el nombre de la promotora Guadalupe Kirarte. “Es una enorme satisfacción”, refirió a ZETA. Próximamente, el Ayuntamiento de la ciudad llevará a cabo una ceremonia donde se develará una placa en algún espacio del inmueble de la colonia Altamira
Una de las figuras en Tijuana en la promoción cultural y gestora de la fundación de la Casa de la Cultura de Tijuana, es María Guadalupe Engracia Kirarte Domínguez. Aunque nació el 16 de abril de 1934 en Guadalajara y llegó primero a Mexicali, en realidad Tijuana se ha favorecido de su aportación cultural a la ciudad. Por supuesto, el descubrimiento de la familia Quirarte de estas tierras también tiene su historia.
Actualmente de 82 años, “Lupita” Kirarte cuenta a ZETA que a la calurosa Mexicali primero arribó su padre, Anastasio Quirarte García González, en 1942:
“Cuando mi papá llegó en el 42, tiempo de guerra y que no le gustaba, dejamos todo, una pequeña hacienda, casas, todo, por la violencia en Jalisco”.
Hija de Anastasio Quirarte García González y Lorenza Domínguez Mojica, Guadalupe Kirarte Domínguez alcanzó a su padre en Mexicali cuando tenía 9 años, el 31 de agosto de 1943:
“Tenía nueve años, lo recuerdo perfectamente. ¡Mexicali era un rancho grandote!, mucho algodón, hacía un calor tremendo, pero como mi papá se había venido el año anterior, a mí se me hizo preciosa la ciudad”, cuenta con su prodigiosa memoria.
“Yo estudié en la Casa de la Cultura de Mexicali, que es la Escuela Cuauhtémoc, ahí hice mi primaria, ahí estudié y trabajé porque no había más en Mexicali”, confiesa y evoca el origen de su pasión por la lectura:
“Mi papá lo primero que me regaló fue la Biblia, el Antiguo y Nuevo Testamento en imágenes, lo leí de pe a pa; lo que caía en mis manos tenía que leerlo”.
Cuando se casó con Julio Armando Ramírez Estrada (ex seminarista, poeta, compositor y catedrático), la pareja decidió establecerse en Tijuana: “Me caso el 1 de diciembre de 1952. Tijuana se me hizo preciosa, cansada del calor de Mexicali, pero llegué a Tijuana contra la voluntad de mi familia porque decían: ‘¿Cómo te vas a esa ciudad del vicio?’, ‘¿cómo vas a tener hijos allá?’; recorrimos la Avenida Revolución, hasta la Línea, a mí me pareció una ciudad preciosa”.
Rememora que desde que se estableció en Tijuana se preocupó porque la ciudad contara con una Casa de la Cultura: “¿Cuándo tendremos en Tijuana una Casa de Cultura, una biblioteca? Soñaba yo con muchas cosas”.
Casa de la Cultura Tijuana “Guadalupe Kirarte”
En entrevista con ZETA, Guadalupe Kirarte cuenta la azarosa travesía de las gestiones para que Tijuana tuviera su Casa de la Cultura:
Transcurría 1971, entonces despachaba como directora de Acción Cívica y Cultural en el VI Ayuntamiento de Tijuana, aunque en ese mismo año es elegida presidenta del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Tijuana.
“En 1971 me eligieron presidenta del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Tijuana, fui a México invitada por el presidente nacional, licenciado Salvador Azuela; el 13 de diciembre de 1971 estuvimos en la casa del secretario de Educación Pública, Víctor Bravo Ahuja, invitados por el Presidente Luis Echeverría Álvarez, ¡ahí le pedí por primera vez que queríamos una Casa de Cultura!; dijo: ‘Cuando vaya a Tijuana, pídame’”.
Evoca que en la primera semana de enero de 1972, asumió la presidencia del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Tijuana y una de las primeras acciones que emprendió fue integrar un Comité Pro-Casa de la Cultura:
“Yo siempre he dicho que es mi Casa de Cultura porque desde el 72, que ya era presidenta del Seminario de Cultura Mexicana, formé un Comité Pro-Casa de Cultura, con el contador Ricardo Arce Pérez (presidente), el licenciado Héctor Lutteroth Camou (secretario), el señor Cleofas Arreola (tesorero); y yo era la coordinadora”.
Recuerda que durante la visita presidencial de Echeverría a Baja California, le volvió a insistir:
“Cuando Luis Echeverría vino en el 73, públicamente le pedí lo que queríamos: una Casa de Cultura”.
Advierte que la misma petición hizo al entonces gobernador de Baja California (1971-1977), Milton Castellanos:
“Seguimos luchando y traía yo asoleado a Milton Castellanos. Un día me lo encontré, me dijo: ‘Señora, le doy la coordinación de las Casas de Cultura en todo el Estado’; le dije: ‘No, señor, por la problemática sociocultural de Tijuana, quiero la de Tijuana’; y así lo estuvimos siguiendo por tres, cuatro años”.
Señala que durante la gubernatura de Milton Castellanos, Jorge Esma fungía como director de Asuntos Culturales, entonces se empezó a aterrizar la idea de una Casa de la Cultura en el edificio de la Escuela “Álvaro Obregón”:
“Milton Castellanos me mandó a Jorge Esma y me dijo: ‘Guadalupe, ve, ésta va a ser tu Casa de Cultura’. Había dos turnos en la escuela: la ‘Torres Quintero’ en la tarde y la ‘Álvaro Obregón’ en la mañana; estaba destruida por dentro, los pisos desechos, agua tirada, un frío horrible. ‘¡Cómo va a ser esto! -le dije-, estás loco Jorge’. ‘Guadalupe, en Mérida, de una cárcel hice un centro de Cultura’”.
Finalmente, por decreto del gobernador Milton Castellanos, antes de que concluyera su mandato, el 15 de octubre de 1977 se fundó la Casa de la Cultura Tijuana: “Yo estaba feliz”, recuerda Kirarte todavía con emoción.
Por eso, 39 años después y a propósito de que el Cabildo de Tijuana aprobó el martes 23 de agosto de 2016 que a la Casa de la Cultura Tijuana se anexe el nombre “Guadalupe Kirarte”, manifiesta contenta: “Es una enorme satisfacción porque siempre he dicho, ‘ésta es mi Casa de Cultura’”.
Próximamente, en fecha por definir por el Ayuntamiento, se llevará a cabo una ceremonia donde se develará una placa en algún espacio del recinto cultural.