La barda perimetral del Condominio Residencial Villaflores –localizado en Vía Rápida Alamar– se encuentra al borde del colapso, sin que la autoridad municipal haya actuado para eliminar el riesgo que corren más de cien familias que residen ahí, principalmente los menores de edad.
Según el comité vecinal, en 2014 el Ayuntamiento abrió la circulación vehicular de la avenida contigua a la barda; a partir de ahí comenzó a ser rellenada con tierra extraída del Proyecto de Canalización del Río Alamar, emprendido por el Gobierno del Estado.
El paso de automóviles se hizo constante y empujó la tierra contra la barda, agrietándola y ladeándola hacia adentro del complejo habitacional.
La situación se agrava con la construcción de otro conjunto residencial en la zona: maquinaria pesada se traslada constantemente en esa calle, haciendo cimbrar la estructura y el ánimo de las madres de familia, que tuvieron que colocar puntales de madera para retrasar la caída, pero no han servido. Es más, cuando llueve la humedad debilita el material que compone la barda.
En febrero de 2015 el comité envió un informe a la Dirección de Administración Urbana (DAU) municipal, encabezada por Ana Lilia Loaiza Martínez, en el que solicitó que se investigue el caso y se corrija de manera urgente, con el argumento de que el Ayuntamiento fue omiso e irresponsable al abrir el tránsito de una calle no urbanizada.
La DAU validó lo reportado mediante un dictamen, pero manifestó desconocer quién es el responsable, y recomendó retirar la tierra, demoler la barda y construir un muro de contención capaz de soportar el peso y el flujo vehicular diario. Para Martha Adriana Romero Hughes, presidenta del comité, es una incongruencia, porque es la dependencia responsable de emitir las licencias de movimiento de tierra.
En abril pasado volvieron a requerir a la DAU, que actualizó el dictamen y ratificó las fallas en la barda de 115 metros de longitud, pero cayó otra vez en simples recomendaciones, y en el argumento de que la “Dirección desconoce la calidad del proceso constructivo de dicha barda y quién es el responsable de depositar dicho material”.
Por la inminencia del derrumbe, el comité de vecinos analiza la posibilidad de llevar el caso ante un Juzgado Civil o al Ministerio Público, para que investigue el daño a la propiedad del Condominio y obligue al Ayuntamiento a tomar las medidas urgentes para la seguridad de quienes viven ahí.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología explicó que aún están buscando información sobre el caso, por lo que se instruyó a la Dirección de Obras e Infraestructura Pública Municipal a que inspeccione nuevamente el lugar; además buscan en su archivo los antecedentes de construcción de la barda. A la DOIUM se le ordenó sacar la tierra de dicha calle, pero se afirma que al encontrarse el conjunto habitacional bajo el Régimen de Condominios, el Ayuntamiento no reparará la barda ni apoyará en la construcción de un muro de contención, acciones que correrán a cargo de la inmobiliaria o los propios vecinos.
