En la biblia de Narciso encontraron mensajes, en uno de ellos al parecer Johana escribió: “Yo seguiré bajando a 38 grados, traigo una brújula”. Al extraviarse en el Rancho San Luis caminaron más de cinco kilómetros en un terreno rocoso, traían ropa ligera y poca agua; además se sometieron a altas temperaturas de entre 45 y 50 grados centígrados, lo que fue fatal
La tarde del viernes 22 de julio, dos de las 17 personas que se internaron en la Sierra de Juárez por el Parque Constitución de 1857 para competir en un rally organizado por la Iglesia Adventista de Tijuana, fallecieron por insolación.
Iban equipados con ropa ligera, tenis de goma, camisas desmangadas, mezclilla, una brújula, un litro de agua, un plumón, una navaja y una biblia. Entraron a una zona considerada como de alto riesgo para las autoridades del parque que cada año advierten sobre los peligros de caminar por esa área sin supervisión.
Los restos de Narciso Mora, de 39 años de edad, estaban separados a .2 millas lineales, o 2 kilómetros, tomando en cuenta el terreno rocoso, del cuerpo de la menor de 16 Johana Díaz. Ambos fueron encontrados en refugios o “cuevitas”, según describieron rescatistas de Protección Civil del Estado.
ZETA se trasladó al Cañón de Guadalupe, pasando La Rumorosa hacia Mexicali, en un camino de terracería entrando por La Salada, a unos 70 kilómetros hacia el sur, donde se concentró el operativo de rescate. Se calcula que la pareja de feligreses caminó alrededor de 5 kilómetros desde el Rancho San Luis en el Parque Constitución de 1857, y quedó muy cerca del Cañón.
Coyotes, alacranes, víboras, poca sombra, escasa vegetación. A la vista se pueden ver rocas color ocre, arbustos secos es el paisaje que acompañó a los competidores del juego hasta sus últimos momentos. Temperaturas de 45 grados a la sombra, 50 a pleno sol, resultaron fatales.
A Narciso Mora lo encontró Arturo, un bombero de Tijuana, en una expedición a pie en el Ejido El Caracol. Tras el hallazgo regresó al campamento en el Cañón de Guadalupe, con un severo cuadro de deshidratación y daño emocional.
Durante el trayecto de vuelta, aseguró que tuvo contacto con Johana, quien le pedía auxilio detrás de una gran roca, pero según la necropsia, ella falleció primero, por lo que se presume el rescatista sufrió alucinaciones. Fue trasladado de emergencia al hospital en Tecate para su atención.
Pasaron casi 24 horas cuando Édgar Sotelo, uno de los rescatistas a bordo del helicóptero de la Policía Estatal Preventiva (PEP) que sobrevolaba a unos 100 metros de altura, hizo la seña de se miraban los pies de una persona, por lo que descendieron para dar con el cuerpo encogido, semi-expuesto a la luz, sin zapatos, camisa a medio torso y con pantalón de mezclilla.
En la biblia que llevaba Narciso encontraron mensajes escritos, en uno de ellos decía: “Yo seguiré bajando a 38 grados, traigo una brújula”, al parecer escrito por Johana.
Por el contrario, agotado y consciente de la tragedia, Édgar expresó su tristeza pero al mismo tiempo optimismo, por localizar el cuerpo.
El operativo de búsqueda y rescate inició en la mañana del sábado 23 de julio, a cargo de la Dirección de Protección Civil Estatal, PEP, Aguiluchos del Desierto y Bomberos de Tijuana, así como de Tecate, que enfrentaron temperaturas adversas.
Antonio Rosquillas, director de Protección Civil, reconoció el trabajo de más de 50 personas, aunque no desvió la atención para recordar al Congreso del Estado que tiene un pendiente bajo el escritorio: aprobar la Ley de Protección Civil donde se regulan ésta y otras actividades a campo abierto, “algo bueno tiene que salir de esto”, declaró el funcionario.
Los resultados de la necropsia determinaron que fue él quien falleció primero, entre sábado y domingo, mientras que ella entre el domingo 24 y el lunes 25 de julio.
Era un rally: rescatistas
Con los elementos que ellos encontraron, así como testimonios de los participantes, determinaron que, en efecto, el viernes 22 por la tarde, cuando el calor arreciaba, realizaron un rally donde tenían la consigna de superar cinco habilidades: nudos, orientación, primeros auxilios, refugios y supervivencia.
Para avanzar colocaron banderas y montículos de piedras, que es posible hayan caído con el viento, lo que posiblemente confundió a los campistas, provocando que se alejaran cada vez más de la base de donde salieron en el Parque Constitución.
“Durante el camino encontramos mojoneras que no pudieron haber hecho ellos (Johana y Narciso), se ve que ya estaban con anterioridad”.
Los grupos tenían que estar de regreso antes a las ocho de noche, pero un grupo de cinco no volvió y fue hasta el sábado 23 por la mañana que dieron aviso del problema, llegando en primera instancia personal de Protección Civil del Estado que se encontraba atendiendo un fuerte incendio forestal cerca de la sierra.
Durante la noche, dos adultos se adentraron en el terreno para buscarlos, pero también se perdieron, lo que complicó aún más el operativo, además de las fricciones y reproches que los organizadores del campamento y familiares en contra de los rescatistas.
Durante el día, dos de ellos bajaron al punto de reunión y más tarde, otros dos. Fue entonces cuando pidieron el apoyo de un helicóptero de la PEP, cuyos capitanes dieron con una de las participantes del rally, de nombre Esmeralda, en total estado de deshidratación. “Ella iba muy mal, sus ojos desorbitados, no hablaba ni sabía de sí”, narró uno de los voluntarios.
Pasaron las horas y regresaron otros dos también en mal estado de salud, uno de ellos declaró a la autoridad que habían dejado a Johana y Narciso en un punto de la sierra porque ya no pudieron caminar más, estaban débiles. Cuando llevó a los rescatistas al supuesto lugar ya no los encontraron, no estaban ahí.
Finalmente, pasaron cuatro días en que los elementos de las distintas corporaciones estatales y municipales también arriesgaron su vida, debido a la estancia en la sierra, sometidos a temperaturas, largas distancias y escasas horas de sueño.
Adicional a que la mayoría de ellos participó en el combate de incendios forestales que se presentaron también en la sierra, justo en los días en que el grupo decidió emprender la dinámica religiosa.
“Caminar cinco kilómetros en estas condiciones de calor es demasiado incluso para un experto en senderismo”, platicó Saúl, un voluntario senderista de Baja California.
El servicio Adventista
Para quienes comulgan con esta religión evangelista que tiene como misión comunicar el evangelio basados en el Apocalipsis 14:6-12, el proceso fúnebre consiste en una velación, oración y sepultura.
La viuda de Narciso decidió que los restos fueran trasladados al Estado de Guerrero en un templo Adventista, junto con su familia, por lo que el miércoles 27 de julio se inició con el proceso desde el Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Mexicali. Los servicios funerarios serán pagados por la iglesia.
A Johana la velaron en la Iglesia del Ejido Ojo de Agua hasta el mediodía del jueves 28 de julio. Luego la enterraron. La tarde anterior sus padres recibieron el cuerpo en el SEMEFO, en Mexicali.
El templo es austero, sin mayor decoración. Se trata de un pequeño edificio beige con el emblema adventista en el frente y un techo triangular -diseño común de esa denominación religiosa-. Para llegar es necesario recorrer seis cuadras de terracería desde la Carretera Libre Tijuana-Tecate, casi en la colindancia de ambos municipios.
Gran parte de los feligreses residen en el ejido o en colonias aledañas, lo que da a la organización un sentido de comunidad. Es un sector que autoridades han catalogado como de alta marginación social. Abundan los templos e instalaciones de diversas religiones, como católicas y de Testigos de Jehová.
La mañana del velatorio, los miembros de la congregación se vistieron de negro y acompañaron a la familia. Había incluso algunos jóvenes portando un uniforme de explorador, junto a un adulto con la misma indumentaria.
Todos visiblemente tristes, cabizbajos y silenciosos por la muerte prematura.
Edwin González Argollo, que se identificó como esposo de Josefa Díaz López, madre de la adolescente fallecida, se negó categóricamente a dar detalles a ZETA sobre lo acontecido, argumentando que las únicas declaraciones de la familia fueron otorgadas a la prensa mexicalense. Josefa aseveró lo mismo al borde de las lágrimas, pero sin llegar a ellas.
La abuela de Johana -que omitió su nombre- narró a este Semanario sus memorias del domingo 24 de julio, cuando se congregaron en el templo para recibir informes de la Dirección de Protección Civil. En ellas, en algún momento la dependencia dijo ya haber encontrado a Johana y llevarla de regreso al campamento a bordo de un helicóptero, lo que alegró al grupo de personas atentas al teléfono, para después darse cuenta de la fatal verdad: “Ellos pueden decir las mentiras que quieran”, remató dolida.
No obstante, la resistencia de los presentes a hablar del tema y las amenazas de agresión de uno de los miembros de la comunidad obligaron al reportero a irse del lugar.
A través de redes sociales dieron detalles sobre el servicio que se ofreció a cada uno de los fallecidos, e incluso advirtieron que todo tipo de eventos como cursos de verano, rally, entre otros recreativos, han sido cancelados.
“De esa forma llegamos a conocer a Dios”
El evento fue organizado por el Club de Guías Mayores que forma parte de la misma Iglesia Adventista como parte de las atribuciones es desarrollar encuentro espiritual con Dios; se lleva a cabo desde 1949 e incluye actividades de campismo.
César Noé Turrubiates Gutiérrez, pastor de la iglesia Adventista Séptimo Día, en Ojo de Agua, habló de manera muy general sobre lo que sucedió la tarde del viernes 22 de julio.
Platicó que tenían programado un recorrido, caminata de 9 kilómetros donde llevaban el agua necesaria para 4.5 kilómetros de ida y otros 4.5 kilómetros de regreso al campamento.
Sin embargo, se dividieron dos grupos y el primero confundió las señales que se habían colocado, puesto que en ese lugar hay algunos señalamientos de las personas oriundas.
“Los otros dos ya no lograron alcanzar el grupo, se cansaron durante la noche y decidieron mejor regresar, ellos regresaron el sábado por ahí del mediodía”, compartió el pastor.
El primer grupo, dijo, no siguió la ruta que había fijada y tomó hacia la derecha, lo que ocasionó se desviaran de la ruta trazada; ése fue el elemento que trajo la tragedia.
El campamento base era del punto para el retorno, había agua y alimento para el fin de semana.
En total fueron siete los que se extraviaron, cinco de inicio y dos personas que fueron a buscar al grupo y que finalmente regresaron.
Tres del otro grupo, al sentir el paso del tiempo y sobre todo las altas temperaturas, decidieron salir a buscar ayuda y así empezó la travesía de estos muchachos que al final, después de un desgaste físico, implementaron algunas aplicaciones y estrategias de supervivencia que les hizo llegar al campamento.
“En algún momento tomaron la decisión de buscar ayuda, uno de ellos fue rescatado y se abrieron las oportunidades y esperanzas, porque dijo ‘yo sé dónde están’. Eso fue el domingo (24), sin embargo, la deshidratación que tenía el muchacho y una cosa es por tierra y otra cosa en helicóptero, no se dio con ellos. Por la desorientación que él tenía y la deshidratación manifestada”, expresó.
Protección Civil hizo saber a los organizadores que el factor determinante de este hecho fueron las altas temperaturas, no es la misma que se manifiesta en la ruta que ellos tenían trazada de los 9 kilómetros. Sin embargo, ¡ellos estuvieron bajando, bajando, bajando!, en su desorientación y allá abajo llegó a tener estas altas temperaturas”.
Sin responsables de la tragedia
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) advirtió que por el momento no hay una investigación abierta por la presunta responsabilidad que pudieran tener los organizadores de tal actividad.
No quiere decir que estén totalmente absueltos, porque también depende si los familiares deciden presentar una denuncia penal en contra de quien resulte responsable, ya que penalmente no es fácil adjudicar un delito, informó la Dirección de Comunicación Social.
Según la necropsia, la causa de la muerte de Johana y Narciso fue la misma, “desequilibrio hidroeléctrico y deshidratación severa”.
Información brindada por el SEMEFO en Mexicali refiere que ambos cadáveres tenían diferente y avanzado estado de descomposición. El masculino se calcula entre tres o cuatro días de fallecido con base a los fenómenos de putrefacción, y la mujer, de dos a tres días, afirmó César Raúl González Vaca, encargado del Servicio Médico Forense.
El riesgo del senderismo
El domingo 19 de junio de 2016, un equipo de senderistas emprendió una caminata por el cerro San Isidro, pero de regreso, al punto de salida, uno de ellos -identificado como Gonzalo Martínez- decidió tomar otra ruta que al parecer es más corta. Solo pidió un poco más de agua y partió.
Cuando sus compañeros descendieron, creyeron que Gonzalo estaba ya en casa, pero por la noche los familiares advirtieron que no regresó.
Según relatan vecinos de Valle Imperial, Gonzalo llegó a un fraccionamiento a pedir auxilio, pero minutos después de hacer contacto con una familia, se desvaneció. La necropsia señala que falleció por paro cardiaco.
Sobre campamento: Adventistas BC
“En primer lugar creemos que de esa forma llegamos a conocer a Dios, en segundo lugar, adquirir habilidad física de campismo, también”.
Sobre capacitación que deben recibir los Clubes de Guías Mayores para acampar:
“En la tarjeta que tenemos de requisitos, hay uno donde dice ‘Recibir por una institución establecida primeros auxilios’”.
Sobre el error de Johana y Narciso:
“Nos informaron que la directiva había puesto piedras para que continuaran la ruta. Tenían que seguir derecho y tomaron a mano derecha”.
Sobre el cansancio y deshidratación que narraron supervivientes:
“Nos informan que algunos caminaban quince metros y tenían que descansar por la deshidratación que estaban viviendo. Ellos no llegan por su propio pie al campamento, les ayudan”.
Sobre Johana:
Estaba muy dañada de los pies.
Otro extraviado en Valle de la Trinidad
Personal de Protección Civil del Estado emprendió la búsqueda de un hombre de 60 años de edad que se extravió en el Valle de la Trinidad en Ensenada, el viernes 22 de julio por la mañana.
Familiares reportaron la desaparición hasta el miércoles 27 de julio ante la Dirección de Protección Civil municipal; al parecer el hombre salió en caballo a cazar, pero ya no regresó.
Antonio Rosquillas, director estatal de Protección Civil, informó que enviaron a cuatro elementos en dos unidades, una de ellas de radiocomunicación, para iniciar la búsqueda junto con otros rancheros de la zona.