Pese a las diversas ferias de empleo que se realizan en el estado, siguen las dificultades para personas de edad avanzada, pasando los 50 años y aun con experiencia, los únicos empleos hoy en día son de guardias de seguridad, de los llamados “cerillitos” (personas que ayudan con el súper en tiendas de autoservicio) y veladores; la dificultad de un empleo formal los lleva a las calles a buscar la manera de ganarse la vida.
Tal es el caso de Don Alejandro Méndez Martínez, de 54 años de edad, es originario Villa Morelos en el municipio de Comondú, salió de su pueblo para viajar al interior del país y encontrar un mejor trabajo, allá encontró uno de guardia de seguridad, sin embargo la suerte no le sonrió, en su estancia en Monterrey, Nuevo León, fue atropellado, lo cual le impidió seguir trabajando.
“Yo pizcaba chile, jitomate y algodón, y me fui a Torreón y aprendí la electricidad, tengo un currículum, me lleno de tristeza y me vengo a pedir limosna con las muletas, a lo mejor usted me ha dado una moneda en la calle, yo ya me siento triste, tengo miedo que los malos me vengan a matar por pedir limosna y caminar, pero yo no quiero, ya quisiera yo irme y depender de mi trabajo”, recordó.
Desde entonces ha tenido dificultades para encontrar trabajo en la entidad, pero su problema no solo es que no cuente con un empleo, él quiere regresar a Monterrey para poder cobrar su pensión y la incapacidad que generó al tener el accidente, ya que días antes del accidente fue asaltado y perdió su documentación oficial, por ello lucha por conseguir un boleto que lo lleve de regreso a aquella ciudad y poder acceder a esa pensión y la incapacidad que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no le ha otorgado por falta de documentación.
“Yo fui atropellado en la ciudad de Monterrey, yo iba a mi trabajo a las 7 de la mañana de un lunes, el cual me recoge la cruz roja con hematomas, me quiebran la pierna, el cual yo sufro 7 meses sin documentos porque me asaltaron. Si a mí no me dan una carta en el hospital de la incapacidad cómo le hago”, lamentó.
Don Alejandro apoya en las labores en una taquería, ubicada en Forjadores de Sudcalifornia a unas cuadras de la avenida Luis Donaldo Colosio, donde gracias a su esfuerzo puede conseguir algo de comer, además de aprovechar el tiempo pidiendo limosna en el semáforo.
“Lo conozco como desde hace unos 20 años, y lo conocí bien, hombre trabajador. Aquí me ayuda a repartir las sodas, en algo se acomide, pero le regalamos su botanita todos los días, aquí ha estado trabajando en los cruceros ganándose la vida, difícil la situación”, afirmó Martín “El Güero” Martínez, Amigo de Don Alejandro y propietario de la taquería.
Lo único que solicita es el apoyo por un boleto que lo lleve al interior del país y de ahí lograr realizar sus trámites y cobrar esa incapacidad, por ello “solicito con todo respeto, no me lo regalen, yo les hago cualquier instalación eléctrica, de plomería en su casa, cualquier tanque estacionario, mini Split, una instalación eléctrica que ustedes tengan, y bríndenme la oportunidad de ponerme en el trasbordador para irme”, y así poder valerse por sí mismo.
Historias como la de Don Alejandro se repiten en este estado, falta de trabajo, falta de oportunidades, solo pide un boleto para cruzar este “charco” como le dicen, llegar hasta Monterrey para cobrar su pensión.
Por su parte el Gobierno de Baja California Sur dio a conocer que “es el segundo Estado con menor informalidad laboral del país, propiciado por las nuevas políticas y acciones implementadas; como la capacitación laboral y acuerdos con el sector empresarial. Acciones que se reflejan en los 6 mil 597 empleos dignos y con acceso a prestaciones de ley que se han generado de septiembre de 2015 a la fecha”, comentan.
Incluso recientemente se ha firmado un convenio entre distintas dependencias federales y estatales para fortalecer el programa de apoyo al empleo dirigido a ex reclusos del Centro de Reinserción Social (CERESO), que implica también cursos de capacitación y apoyos que fomenten el autoempleo.
