Consultoría Matrimonial y Familiar
Según últimas investigaciones de científicos e investigadores, se ha visto que se están dando menos relaciones sexuales en la actualidad, y esto empezó a preocupar ya que se está viendo que principalmente entre los jóvenes se está teniendo menos relaciones sexuales, y que se le ha dado por identificarlos como Millennials, esto en función al nuevo milenio y en comparación a los anteriores siglos, ya que consideran que no hay una buena razón para buscar sexo, y que es la respuesta general que pudo obtener el The Washington Post al entrevistar a un grupo de Millennials, corroborando la preocupación.
La preocupación del trabajo parece ser un factor recurrente en la decisión de los Millennials para abstenerse, contrariamente a lo que yo en lo particular lo relaciono transversalmente con los llamados “Ninis”, que ni trabajan ni estudian por lo que respecta a México y que también los expertos y yo atribuimos este cambio al avance tecnológico, lo que no sería sorpresa si se tiene en cuenta que los Millennials son la generación que creció junto con los celulares. Si antes el sexo era considerado “tabú”, hoy ante el avance de la tecnología donde la comunicación se da en forma normal e inmediata, como el sol que sale todos los días, y ante la falta de una cultura sexual como lo he manifestado, que solo se circunscribe al coito, como la alimentación se circunscribe a solo comer, y no saber comer (eje. ocasionando la obesidad, diabetes, etc.), es porque no se da la importancia debida por los múltiples factores que convergen en la propia sexualidad.
Aunado a lo anterior, la frecuencia de las relaciones sexuales ha ido disminuyendo, tanto en las parejas como en los propios solteros. En Estados Unidos, por ejemplo, se estima que la frecuencia sexual de una pareja promedio es de 3,5 veces por semana, o sea 14 veces al mes; en México, según la encuestadora Mitofsky el promedio es de 7.3 al mes, pero de la frecuencia de las relaciones sexuales será tema de otro escrito.
No debemos soslayar que los hombres suelen estar preocupados por la frecuencia lo que ocasiona muchas veces estrés, discusiones en pareja, anteponiendo lo físico mientras que la mujer tiene la sexualidad más asociada a lo emocional, ya que las necesidades son diferentes en ambos, algo que no necesariamente responde a cuestiones biológicas sino socioculturales.
Considerando algunos de los factores aquí enunciados es claro que la influencia de ellos en la vida actual afecta principalmente el aspecto psicoemocional, e ir a la cama con algún pendiente o estrés definitivamente altera o inhibe el deseo sexual; si los Ninis por falta de trabajo o estudios, si los Millennials que están pegados a sus celulares o tabletas, que es su principal motivación, tener sexo les es irrelevante, sus expectativas son otras que hacen cambiar los deseos de compartir la presencia de su novia o pareja, como lo fue con la llegada de la TV en que antes al estar en la cama más tiempo y ante el contacto de la pareja había la tentación y el deseo de tener relación sexual porque no había otra cosa en que entretenerse y hoy la tecnología avasalla, se hace más adictiva, pero por desgracia se despersonaliza y se disfruta más tener en las manos un aparato que tener a su pareja junto.
Como lo he comentado, todo esto es multifactorial y en parejas establecidas se puede deber a causas muy diversas como puede ser el estilo de vida, el estrés, el cansancio, la sobrecarga de obligaciones laborales y/o personales, los hijos, los problemas domésticos, todo esto pueden afectar al deseo. Las relaciones anteriores cuando no han sido placenteras y han dejado insatisfacción, también pueden influir en el deseo al sufrir traumas. Existen también factores físicos (enfermedades, problemas orgánicos, efecto de ciertas medicinas, etc.) que influyen en el deseo. La relación de pareja también tiene mucho que ver con el deseo, las discusiones, los enfados, incluso cuando no se arreglan y dejan de ser atractivos para el otro, igualmente afectan el deseo.
Gracias como siempre a mis dos que tres lectores por sus comentarios y consultas al e-mail: bautista46@hotmail.com
El autor reside en Tijuana, B.C.