El desabasto de agua
llega a los 320 litros
por segundo de déficit
y, de continuar el
índice de crecimiento
poblacional del municipio,
que en cinco años
incrementó el 22 por ciento,
la tendencia podría
continuar. Además, la
proyección de 5 mil cuartos
de hoteles adicionales,
sumaría otros 40 mil nuevos
habitantes. La solución más
próxima y ambiciosa es la
construcción de una segunda
planta desalinizadora
San José del Cabo, BCS.- Pozos, cuencas e incluso una planta desalinizadora no bastan para dotar de agua potable a los 305 mil habitantes de Los Cabos. Existe un desabasto de 320 litros, 100 en San José y 220 en Cabo San Lucas.
La producción total de agua potable es de 980 litros, en promedio, de éstos, 780 se obtienen de 15 pozos en acueductos de Santa Anita y los 200 restantes de la plaza desalinizadora.
De ahí que la prioridad del Organismo de Agua Potable, según su director general René Núñez Cosío, sea poder dar un servicio continuo las 24 horas y con ello terminar los tandeos de seis, nueve y hasta doce días en Cabo San Lucas.
Tan solo de 2010 a 2015, la población de Los Cabos pasó de 238 mil a 305 mil personas, con lo que superó la población de la capital del Estado, La Paz, que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es de 290 mil habitantes.
Núñez Cosío lo explica así: “En cinco años, la población creció más del 22 por ciento y eso no ha tenido un incremento en los caudales, entonces es la misma agua con más gente”.
Además, este déficit de agua potable podría crecer con la proyección de por lo menos 5 mil habitaciones de hoteles en el municipio. Esto implicaría un promedio de 40 mil personas que llegarían a establecerse para trabajar en los complejos vacacionales.
La solución para producir por lo menos 200 litros adicionales de agua, propuesta por el gobierno municipal de Arturo de la Rosa, es la construcción de una segunda planta desalinizadora.
Inversión de 750 millones de pesos para desalinizadora
Núñez Cosío explica que desde el Organismo se requiere una fuente de abastecimiento de por lo menos 200 litros más y le expuso esta necesidad a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
De esta forma, analizaron la construcción de una planta desalinizadora. Después del primer estudio básico, enfocado en las alternativas de tecnología, se estableció un comité integrado por los tres órdenes de gobierno y la sociedad civil a través del Consejo Coordinador.
El siguiente estudio a realizar es el de ingeniería básica, “para saber qué se requiere y el de costo-beneficio para la población”, detalla.
Después de esto, el proyecto podría quedar registrado en enero de 2017 ante la Unidad de Inversión en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con lo cual se iniciaría.
La primera estimación de costo fluctúa en 750 millones de pesos, sin cotizar el Impuesto al Valor Agregado.
Una vez que la inversión del proyecto quede definida, podría obtenerse hasta un 49% del monto a través de fondos perdidos federales. Entonces seguiría el lanzamiento de una licitación pública nacional o internacional para definir la constructora. Es decir, se otorgaría una concesión a una empresa no solo para la conformación de la planta, sino para su operación.
“Se establecería con el Organismo un contrato de contraprestación de servicios para que nos entregarían el volumen de 200 litros por segundo, que es el compromiso que se defina la concesión. Tendríamos la obligación de comprarles ese volumen y en contraparte, obligados a entregárnoslo para nosotros distribuirlo”, detalla el director del Organismo de Agua Potable.
Precisamente porque el principal proyecto de esta administración municipal es la instalación de la desalinizadora, el Organismo no está en posibilidades de adquirir un crédito.
Sigue la deuda
El presupuesto 2016 para el Organismo es de 498 millones de pesos, en promedio. Éstos rebasan por poco la deuda histórica de 450 millones de pesos. A la cifra anterior se restaron 14 millones de pesos que la actual administración logró saldar en los últimos diez meses.
El director del Organismo recordó que es la única dependencia en el país que utiliza un proceso de desalación para uso público-urbano.
“El promedio mundial es metro cúbico a dólar. En ese sentido el gasto de operación o el pago que hacemos, es mucho mayor que lo que hace cualquier organismo. Estamos buscando ser más eficientes en la parte comercial y física para que en contraparte, después de este proceso, el pago debe estar en 20 pesos”, indica René Núñez Cosío.
Actualmente el costo de desalación por metro cúbico en planta de Los Cabos llega a un máximo de 22 pesos. Sin embargo, con base a las condiciones de alguna temporada, como la de calor, la energía eléctrica es mayor.
“Todas esas vertientes estamos valorando para que el nuevo proyecto tenga mejores condiciones técnicas y financieras porque no es lo mismo extraer agua”, declaró.
Aunque la cuenca de San José del Cabo es considerada una de las más ricas y de donde se podría obtener un mayor volumen de agua, el funcionario municipal insistió en que se debe extraer este recurso de una manera controlada y equilibrada para evitar su sobre explotación.
Respecto a los ajustes a las tarifas del agua, recordó que en 2016 no se realizará alguno, luego que hace dos años se disminuyó la cuota mínima, pasando de 18 metros cúbicos a cinco.
Tratamiento de aguas en el colapso
Al recordar cuál fue el área que encontró en peor estado, al tomar la titularidad del Organismo de Agua Potable, René Núñez Cosío aseguró que se trata del sistema de tratamiento de aguas.
“Es un tema muy complejo en términos ambientales. En Cabo San Lucas hay lagunas de hace cinco años, donde el 19 de marzo pusimos en marcha la planta reequipada para llegar al objetivo de 150 litros tratados. Esa derrama ya fue mandada y la estamos tratando”.
Mientras que en San José del Cabo, la planta de tratamiento arroja entre 75 y 80 litros, pero se planea su ampliación a 150 litros mediante apoyo de la CONAGUA.
“Estamos buscando relocalizar el pozo ocho mediante permisos con CONAGUA para construir en zona federal. Éste nos da entre 12 y 15 litros, pero podríamos extraer hasta 50, previamente establecidos en la concesión”, añadió.
Después de años de explotación, el punto donde está establecido este pozo ocho, “por más bombas o motores, ya no tiene la condición de proporcionar más agua, según un estudio que nos indica que en esa parte fue agotado”.
No obstante, ese estudio determinó que hay un vaso mayor a 60 metros de distancia, por lo que personal del Organismo tendría que trazar una nueva ruta para llegar a él. La obra podría tener un costo de hasta 8.9 millones de pesos.
Sin embargo, recordó que el proyecto principal es la desalinizadora, la cual podría tomar hasta dos años. “Una vez que tengamos esos 200 litros de la desalinizadora, también hay que hacer un trabajo de ir llevando las partes más altas que nos permiten ser más eficaces y rápidos”, dijo.
WhatsApp para encontrar fugas
El director del Organismo informó De la próxima habilitación de un número telefónico para que vía WhatsApp, la ciudadanía pueda enviar el punto exacto donde se ubican las fugas de agua.
“A veces no podemos hacer reparaciones porque no tenemos la ubicación precisa y no podemos dar con los lugares. Entonces esto nos ayuda a personalizar el servicio”, consideró.
En promedio, al mes se reparan 480 fugas que son reportadas por ciudadanos. En algunos casos, incluso, las averías son producidas por la misma presión del agua a través de las tuberías después de los tandeos.
“Sobre todo en Cabo San Lucas, quitamos el agua de una zona y al momento de regresarla, la presión de agua de vuelta genera más problemas”, expuso el funcionario municipal.
Y es que una fuga “representa una pérdida y una cantidad de agua que no llega a alguien”.
Por último, enfatizó que el Organismo prioriza la distribución de este recurso de una manera equitativa y proporcional: “Nosotros no cobramos el agua, cobramos el servicio, que se pague no significa que se pueda hacer uso desmedido de ella; el agua que se desperdicia es la que no llega al vecino”.