Nunca pensé que iba a sentir algo de nostalgia por “Arrow”, aquella serie de la cadena CW donde algunos miembros del “Suicide Squad” hicieron acto de aparición.
Pero este intento de llevar historias de DC Comics a la pantalla grande, demuestra otra vez que no han encontrado la fórmula que Disney ha sabido desarrollar con Marvel.
Lejos de ser una cinta memorable, tenemos aquí a un grupo de personajes con mucho potencial… y nada más.
El más débil de todos quizás es la arqueóloga June Moone/Bruja, pésimamente interpretada por una Cara Delevigne con su extraña coreografía al final, entre Shakira y alguna especie de ataque, con ese efecto especial tan barato para doblarle la voz. Qué lamentables escenas.
Por otro lado, tenemos tres personajes que pudieron haber sido mucho más interesantes. Claro está que en la lista se incluye el repulsivo Guasón de un siempre talentoso Jared Leto, la loquita de una convincente Margot Robbie como Harley Quinn y una actriz excepcional como lo es Viola Davis bastante limitada en el rol de Amanda Waller, una villana que tenía que haber crecido y no lo hizo.
Tal vez la razón es que no hay aquí una historia sólida a desarrollar, de hecho más de la mitad del filme uno se pregunta, al igual que los involucrados, por qué tiene que nacer este mortífero escuadrón.
La idea de glorificar al antagonista se entiende, sobre todo en estos tiempos, pero es evidente que David Ayer apostó todo en la empatía ya existente por los residentes del Manicomio Arkham y no hizo un gran esfuerzo por terminar con un guion que pudiera dirigir mínimamente bien.
Lejos de “Fury Road”, el intento fallido del cineasta por explorar personajes de culto crece en la medida en que vemos a un Will Smith tratando de ser astuto, chistoso y hasta justiciero como Deadshot, el más sensato de la pandilla; mientras el monstruoso Killer Croc (Adewale Akinnouye-Agbaje), El Diablo (Jay Hernandez), Slipknot, Bumerang y la japonesa Katana quedan muy a medias como mercenarios desmotivados.
Entre meta-humanos y fieros sicarios recluidos en Belle Reve, esto pretender ser algo, pero en lo único que medio acierta el realizador es en contar el romance del Guasón y su psiquiatra enloquecida que termina convirtiéndose en la aguerrida Harley Quinn.
El secreto de El Diablo y su misticismo tarda demasiado en exponerse, mientras que la subtrama de Deadshot y su hija se dice, pero no se siente. El resultado son dos horas de extravío que si bien no aburren del todo, es porque la acción está en las escenas de enfrentamientos constantes.
Sin embargo, esto no basta para presentar a tantos buenos personajes, evidenciando lo que ya hemos visto con Batman y, sobre todo, Superman: Hollywood le sigue debiendo a DC comics y a sus seguidores. **
Punto final.- El hecho de que haya muerto Superman no es suficiente para justificar el nacimiento del Escuadrón Suicida. Hubieran logrado más con la historia del Guasón y Harley Quinn.
