Creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, la serie “Stranger Things” ha logrado convertirse en el fenómeno del verano, gracias a su trama de misterio que homenajea plenamente a los 80s
6 de noviembre de 1983. Un hombre es perseguido en el Departamento de Energía del Laboratorio Nacional de Hawkins, Indiana. Corre lo más rápido posible y se refugia en un ascensor, pero su depredador lo sorprende desde el techo, succionándolo hasta hacerlo desaparecer del cuadro. Al mismo tiempo, en el sótano de su casa, Mike Wheeler completa diez horas jugando “Calabozos y Dragones” con sus mejores amigos Dustin, Lucas y Will, sin saber que este último desaparecerá misteriosamente cuando vaya de regreso a su hogar. Esas son las dos primeras líneas narrativas que presenta “Stranger Things”, y que por supuesto se relacionan conforme avanzan los ocho capítulos disponibles en Netflix desde el 15 de julio.
Efectivamente, el programa gira alrededor de Will Byers, un joven de doce años que se esfuma sin razón aparente, pero su búsqueda lleva a varios habitantes del pueblo a desentrañar los secretos del lugar que parece común; aunque sobra decir que resulta en lo contrario, ya que al estar fuera del mapa de atención, es allí donde el gobierno hace dudosos experimentos con jóvenes.
Tal es el caso de “Eleven”, una chica con poderes telequinéticos que se convertirá en la clave para resolver el misterio que envuelve a Hawkins y dar con el paradero de Will. Interpretada increíblemente por Millie Bobby Brown -quien nació en España pero se crió en Inglaterra-, es el personaje que más demanda actoral tiene, pues expresa la mayoría de sus emociones solo con gestos, debido a su timidez para hablar con extraños. De ahí que su talento brille en cada escena y sea irremediable sentir afecto por ella debido a su pasado.
Pero el resto del elenco no se queda atrás, porque si hay un punto que hace fuerte a “Stranger Things”, son justamente sus actores que sin adornos, con poca experiencia pero increíble talento, enamoran al espectador por su naturaleza dulce e ingenuidad, que sumada a lo peculiar de sus roles -el noble, el lógico, el distraído, la desafiante-, son un gancho extra para la trama donde interpretan roles correspondientes a su edad verdadera (12 años).
Con Gaten Matarazzo (Dustin), Caleb McLaughlin (Lucas) y Finn Wolfhard (Mike) como el grupo de amigos que aparece en la mayoría de las escenas junto a “Eleven” para idear planes que los acerquen a dar con Noah Schnapp (Will), la redondez del elenco llega de la mano de Winona Ryder, en un aplaudido regreso a lo grande que bien valió la espera, ya que su rol de Joyce Byers, la madre del niño desaparecido, hace que la veamos en múltiples facetas que van de estar angustiada, a neurótica, desesperada, depresiva, sensible o enojada; siendo ese subibaja el que nos recuerde su capacidad como actriz y el por qué se convirtió en un ícono del cine en su juventud.
No menos importantes resultan personajes como Jim Hopper (David Harbour), Nancy Wheeler (Natalia Dyer) y Jonathan Byers (Charlie Heaton), para conocer más a fondo a la gente de Hawkins, y claro, sumarse en ayuda. El ejemplo más claro es Hopper, por ser el oficial de policía que se obsesiona con descubrir el paradero de Will, al verse motivado por un pasado que lo atormenta. Mientras que el par restante, además de su enlace directo como hermanos mayores de otros roles, representan a la generación de adolescentes que Matt y Ross Duffer también retrataron.
Actores con increíble talento que enamoran al espectador
Nacidos en 1984, quienes hoy son la nueva apuesta de Netflix en cuestión de creadores independientes, solo habían trabajado anteriormente en “Hidden” (2015), pero vaciaron todas sus influencias cinematográficas en “Stranger Things”, convirtiéndola en una oda plena de homenajes a la década de los 80s y sus proyectos. En forma general, ese fue el atractivo que enganchó rápidamente a miles e hizo que figuras como Stephen King y Guillermo del Toro recomendaran la serie para verla más de una vez.
Hecha en formato digital, un filtro para agregarle grano a la imagen y que la apariencia luzca más acorde con la época, permea las referencias que desfilan desde su introducción y pasan por el look de los personajes, su modo de andar, el soundtrack e, incluso, algunas frases o la composición completa de escenas, donde se dejan entrever guiños claros a cintas como “Stand by Me”, “The Goonies”, “Aliens” y “E.T. the Extra-Terrestial”, cuyo protagonista sirvió precisamente de base para crear la esencia de “Eleven”.
Sin embargo, nada de esto hubiera funcionado de no tener una trama sólida que desde ahora nos anuncia que da para más, pese a que su exitoso debut no requirió de capítulos extensos, o el paso de varias temporadas, para ganarse al público que parece haber quedado atrapado en la frase “menos es más” y el enigma de un mundo paralelo que revivió la fantasía y ciencia ficción desde la mirada de un grupo de pequeños.
