La aparente libertad de poder “elegir” si soy hombre o mujer, es una locura, la verdad es que esta confusión hace que una persona enferme. Ya que en los casos en que una persona no se identifica con su sexo como un hombre o una mujer -una situación así se llama transexualidad- esto es reconocido oficialmente como un desorden psicológico. Además, la idea de cambiar nuestro sexo, altera la noción de lo que significa ser humano. Es la rebelión más profunda contra las condiciones de nuestra existencia humana que se pueda imaginar.
Señala además la conferencista que estamos perdiendo nuestras raíces en la fe, la nación, la familia; y hora incluso la propia identidad como hombre o mujer es atacada para crear una nueva visión de la humanidad. Lo anterior nos haría una masa de consumidores sexualizados que se pueden manipular para hacer cualquier cosa. Crece la división entre ricos y pobres cada vez más a nivel mundial, por lo que se tiene una concentración de la riqueza y el poder en una minoría y masas de personas que no tendrían raíces. Eso es a lo que la agenda de integración de la perspectiva de género está aparentemente apuntando.
Es una élite la que utiliza esta herramienta, y como se puede ver una estrategia en las Naciones Unidas, en la Unión Europea y los gobiernos de izquierda para promulgar una política de la desregulación de las normas sexuales, destruyendo así la base de la familia. Pero, ¡quiénes se benefician con esto? Son familias muy poderosas, como los Rockefeller, Bill Gates, George Soros y Warren Buffet, ellos están financiando la agenda LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual), así como la industria del aborto.
La autora, hace un llamado de esperanza, incluso señala que los padres de familia en Francia, han ido a la huelga diciendo: “No queremos esta sexualización de nuestros hijos en la escuela”, no queremos la educación de género. Además de lo anterior hay otras muchas iniciativas y personas que están dándose cuenta del daño que se quiere hacer, personas que trabajan contra el “mainstreaming de género” y no solo en Francia, hay conciencia en muchos países, la autora trabaja directamente en ello. Ella se describe a sí misma, como persona en busca de la verdad, incluso su trabajo ha sido utilizado por obispos, tuvo una entrevista con el Papa emérito Benedicto y menciona palabras que le expresó: señalando que la re-educación sexual no solo está lavando el cerebro, también es “el lavado del alma” y esto en los niños sexualizados, destruyen su sentido de la vergüenza, su relación con sus padres, su relación en general a la autoridad y destruyen su relación con Dios. La “transversalidad de género” no se trata solo de tolerancia, se trata de cambiarnos como seres humanos.
En los países europeos la resistencia está creciendo, y donde inicia uno más tarde hay cientos de miles, llegando a millones los que se manifiestan en contra de estas políticas de “transversalidad de género”. Sabemos que en Estados Unidos hay protestas similares y en algunos países latinoamericanos que han tenido el valor de alzar la voz.
La autora ha recibido diferentes críticas por sus aportaciones, pero señala que no desistirá porque dice que solo hay una manera de tratar con esto y es vivir de acuerdo con la propia conciencia, luchar por lo que es correcto, incluso si no se tuviera éxito. Debemos utilizar nuestra vida para luchar por la causa justa, somos creyentes, tenemos esperanza, tenemos nuestras raíces en la verdad y en la eternidad, que por la gracia de Jesucristo seamos lo suficientemente fuertes.
El libro de Isaías dice: “¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que da oscuridad por luz y luz por oscuridad!
Atentamente,
Rita Cedeño Pérez
Tijuana, B.C.