Después de tocar puertas en espacios como el IMAC y el ICBC, donde la idea de exponer su trabajo no prosperó, el pintor tijuanense Eddy Lizárraga probó suerte más allá de la escena local y finalmente recibió una invitación para exhibir en Oaxaca de Juárez, donde el 19 de agosto se inauguró su exposición individual “Filtro social”, en el Taller-Galería Siqueiros.
Muestra conformada por 11 piezas, en su mayor parte de 27.5 por 20 centímetros, a decir del artista, originalmente se iba a montar en otra sede oaxaqueña. “Recibí una invitación por parte del taller (Rufino) Tamayo para exponer en su galería, pero justo después de la invitación se vieron forzados a moverse a un nuevo espacio”. En este sentido, reconoció el apoyo brindado por el Taller-Galería Siqueiros, “quienes muy amablemente me abrieron sus puertas”, manifestó el entrevistado.
Los cuadros en exhibición reflejan situaciones donde la opresión y la miseria, entre otros factores, se perfilan como contexto. “Estamos viviendo un desequilibrio social y en las piezas trato de mostrar realidades que pasan desapercibidas, por tener una forma de actuar y pensar sistematizada”, explicó Lizárraga a pregunta expresa de ZETA. De modo que en algunas composiciones, como en el caso de “Vivir” y “Plusvalía”, destacan evidentes signos de una vida en desventaja, con ínfimos modelos de vivienda y de trabajo, respectivamente.
No se trata de una serie con la que el creador fronterizo ya contase, como parte de su currículum o portafolio. A propósito aseguró que “todas las obras fueron pensadas especialmente para exhibirlas en Oaxaca”. Aunque puso en claro que la temática en cuestión no es privativa de esa entidad federativa; toda vez que a su parecer, prevalece “a nivel nacional”. Sobre los retos que implicó elaborar las once pinturas, confesó: “Con estas obras salí de mi área de confort y experimenté con otros materiales”.
El trabajo en materia de técnicas implementadas, precisamente define el estilo de las piezas. Lizárraga no solo se inspiró en problemáticas que característicamente aquejan a la sociedad mexicana, tales como la violencia y la inmundicia, para conformar su nueva exhibición. También tomó como base la expresividad típica del contexto urbano, donde múltiples padecimientos sociales se enmarcan. Es así que con escurrimientos evidentemente intencionales, así como con salpicaduras logradas con la técnica del aerosol (recursos que remiten a los formatos callejeros de la pinta y el grafiti), el artista tijuanense matizó escenas al óleo, protagonizadas por motivos o personajes marcados por el infortunio; casuchas, indigentes, etcétera.
A manera de lienzo utilizó papel de algodón, el cual se conoce como “guarro”, generalmente usado para pintar con acuarela.
Lizárraga lamentó que aparte de rechazar su proyecto expositivo, instituciones como el IMAC e ICBC tampoco lo hayan apoyado en cuestión de patrocinios para exponer fuera de Baja California, caso que resulta contrario al de otras instancias, como el Centro Cultural Tijuana y Fundación Entijuanarte, cuyos logotipos aparecen en la promoción oficial de la muestra.
Por último, el entrevistado sostuvo que luego de buscar espacios en diferentes estados para seguir dando a conocer su obra, buscará de nueva cuenta, sedes de exhibición en Tijuana.
