Dos colaboradores del Alcalde Jorge Astiazarán Orcí, han salido de su gabinete para entrar a las ligas de la política federal. Uno al Comité Ejecutivo Nacional del PRI cuando éste lo titulaba Manlio Fabio Beltrones Rivera, otro a una representación del Gobierno Federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto.
O al menos eso creía uno de los dos.
La historia es así, cuando Beltrones Rivera dirigía el PRI, consultó a su cercanísimo y diputado Héctor Gutiérrez de la Garza, quien fue Presidente de la Comisión de Comunicaciones en la Cámara de Diputados, y antes Vicecoordinador Jurídico del grupo parlamentario tricolor, sobre a quién debía nombrar en la Secretaría Jurídica del partido;
Gutiérrez de la Garza no lo pensó mucho. Como suelen hacer las personas, recomendó para la posición a alguien de su entera confianza, con quien estudió en alguna época de su vida, ha trabajado en términos profesionales y era su amigo. Así llegó Gerardo Herrera Zavala, a la Secretaría Jurídica del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
En Baja California el avispero político se activó, porque muchos creyeron que a Herrera lo habían sacado de la Dirección Jurídica del XXI Ayuntamiento que encabeza Jorge Astiazarán, por las buenas lides políticas del doctor y las mejores conexiones con el líder tricolor. La situación no fue aclarada y solo los cercanos a Gutiérrez de la Garza sabían que había sido él y nadie más, quien se llevó al abogado tijuanense al CEN tricolor, donde por cierto continúa en la dirigencia de Enrique Ochoa Reza.
El segundo caso es aún más interesante por su origen y la confusión en la recomendación. Va.
Estos momentos de ebullición política de miras al cuarto informe de gobierno, pronostican de acuerdo a los priistas, cambios en secretarías y por lo tanto en las delegaciones federales en los Estados. Baja California por supuesto no es la excepción. De hecho dos importantes delegaciones, la de Desarrollo Social y la de Infonavit.
Antes de entrar en los cambios que se presentarán después del 1 de septiembre de 2016, nos detenemos en la delegación de Infonavit en Baja California, sin titular desde que Alejandro Arregui dejó esa posición para buscar la candidatura a diputado federal en Ensenada, la cual ganó.
Desde hace algunas semanas, el nombre de Xavier Peniche Bustamante comenzó a sonar para ocupar esa delegación. Para muchos de manera sorpresiva dado que el nieto de don Alfonso Bustamante Labastida tiene poquísima experiencia en la administración pública, solamente la que le ha dado, no con muy buenos resultados, haber sido nombrado Secretario de Desarrollo Económico por el doctor Jorge Astiazarán Orcí en la actual administración.
Además, porque encabeza un pleito millonario y de poder contra Carlos Bustamante Anchondo, su tío y además ex alcalde de Tijuana a la par que priista de viejo cuño. Como si la división interna y la falta de experiencia no fuesen suficientes factores para dudar de la capacidad política en el ámbito federal de Peniche, está el antecedente que fue candidato a diputado local por el PAN, por el Distrito 16 y en 2010, cuando Carlos Torres perdió la alcaldía de Tijuana precisamente frente a Carlos Bustamante.
En estas condiciones, que el nombre de Xavier Peniche fuese el que más sonara para ocupar la delegación del Infonavit en una administración priista sonaba raro. Lo primero que concluyeron una vez más, es que se trataba de las buenas conexiones políticas del doctor Astiazarán en la Ciudad de México, y que su colaborador sería el segundo funcionario que acomodaría en el ámbito nacional.
Bueno, nada más alejado de la realidad.
Resulta que uno de los mejores amigos de Xavier Peniche es también uno de los mejores amigos de David Penchyna, el Director General del Infonavit, y aquél le pidió a éste, que aprovechando que la delegación de BC estaba acéfala, nombrara ahí a su amigo e incondicional, Peniche. De entrada Penchyna aceptó. Daba como un hecho el nombramiento del tijuanense hasta que algo sucedió y dio reversa. Sin embargo, sin llevarlo al Consejo de Administración para su análisis y votación, el Director General decidió un buen día de esta semana que termina, nombrar su representante en la delegación a Xavier Peniche.
El entonces colaborador de Astiazarán se alebrestó. Tomó la palabra de Penchyna como cierta, anunció que tomaría la delegación de Infonavit, lo hizo y después de ello renunció a la Secretaría de Desarrollo Económico.
Al solo anuncio del cambio, el hervidero político en el PRI comenzó. Lo menos que dijeron los priistas de viejo cuño, es que esa posición debía estar reservada para un priista de hueso colorado y no para un ex candidato del PAN. Después siguieron con aquello de que el grupo de Astiazarán no debería tomar posiciones y finalmente amenazaron con publicar desplegados en diarios, inconformándose con la decisión del Gobierno Federal y el aval de la dirigencia nacional del PRI, de dar espacio a un ex candidato de la oposición, que además mantenía un pleito con un priista y ex alcalde como Carlos Bustamante. Las exigencias de una reversa en el nombramiento provinieron también de allende las fronteras de este país.
Las llamadas a los celulares de Enrique Ochoa y David Penchyna fueron muchas la tarde del lunes 22 de agosto de 2016. Tantas y tan fuertes que apenas entraba la noche cuando desde la oficina central de Infonavit, enviaron un comunicado escueto y directísimo para informar que Xavier Peniche Bustamante no era ni sería propuesto para delegado del Infonavit en Baja California. Así de francos. Así se cayó Xavier Peniche de Infonavit. La grilla interna priista mató la recomendación amistosa.
De los dos funcionarios que han salido de la administración de Jorge Astiazarán al ámbito nacional, solo queda uno. Y ninguno había sido considerado por la influencia de un grupo local. En política, los padrinos están donde menos se piensa.