La confianza del comprador a la baja, pérdida del poder adquisitivo en 40 por ciento, energéticos a la alza y una devaluación promedio del 30%, se suman al aumento de precios en productos básicos. “Es un hecho de comercio de matemáticas muy sencillo: no puedes seguir operando con gastos superiores sin reflejarlo al consumidor. Alguien tiene que pagar esos incrementos”, adelanta a ZETA Humberto Jaramillo, presidente del CCE
En lo que va del mandato de Enrique Peña Nieto la canasta alimentaria pasó de mil 158 pesos a mil 343 pesos, según registros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), mientras que los salarios se han estancado.
Esto significa que para que una familia mexicana integrada por dos adultos y dos jóvenes adquiera la Canasta Alimentaria Recomendable, integrada por 40 productos, sin considerar salud, vestido, vivienda, calzado, transporte y educación, necesita un ingreso promedio de 6 mil 403 pesos, es decir, aproximadamente tres salarios mínimos diarios.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establece que más de 53 millones de trabajadores, que representan el 67 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), perciben un ingreso diario de hasta tres salarios mínimos. Por lo tanto, hay 11 millones 442 mil mexicanos en pobreza extrema que no pueden acceder a la canasta básica y tienen carencias sociales, a los cuales se suman 24 millones 637 mil pobres por ingresos, que no logran comprar comida suficiente. A ello hay que agregar las variaciones de precios de los últimos meses.
Por ejemplo, la inflación en junio se colocó en 2.54%, indicador que se ha visto afectado porque el índice de precios de la canasta básica subió 0.02%, llegando así a una tasa anual de 0.76%.
Mientras tanto, el Gobierno Federal presume una tasa de inflación menor al 3%, esto muy poco ayuda a la población de escasos recursos a recuperar el poder adquisitivo de sus ingresos que, con el Presidente Enrique Peña Nieto, ha caído 40%, advirtió el analista Roberto Valero.
Por otro lado, Comisión Federal de Electricidad (CFE) elevó el precio de sus tarifas e igual se hizo con la gasolina en julio y agosto; ante tal situación, el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, se limitó a declarar que el alza en energéticos no afecta los costos de la canasta alimentaria y no alimentaria.
Analistas consultados por ZETA consideraron las declaraciones del empleado federal incongruentes, ya que al subir la gasolina los transportes aumentan el precio de los fletes. Igual sucede con la luz, pues los comercios deben sacar dinero suficiente para pagar los recibos.
Las dificultades para comprar alimentos en Tijuana no son muy distintas de lo que sucede en otras entidades de la República. Mario presta sus servicios a un corporativo, su trabajo consiste en hacer mandados, tiene más de 50 años de edad y los mil 500 pesos semanales que le pagan, no le son suficientes. “Soy el que hace el mandado en la casa y todas las semanas que voy cambian los precios. Tuve que cambiar algunos productos por otros más baratos. Por ejemplo, no compro leche entera, traigo fórmula láctea. Solo estoy hablando de comida. Falta el transporte, la luz, el agua, calzado. Eso que dice el Presidente que los productos no suben es mentira”, acotó.
Por entrar en recesión
En julio pasado, la confianza del consumidor cayó a 1.8% con relación al mismo mes de 2015. Cabe precisar que el componente que mide la situación económica que tendrá el país se colocó en 7.4%, en tanto que el mismo indicador que mide la situación actual, cayó 3.9%. La visión de los mexicanos de poder adquirir muebles lavadoras, televisores y otros electrodomésticos tuvo un decremento mensual de 1.8%.
Para el economista Jorge Fonseca, en la actual administración se ha mostrado una constante caída en la confianza del consumidor.
“No es una percepción de los mercados. El consumidor te dice cómo le está yendo en este momento y cómo le va a ir en el futuro inmediato. Esto ha sucedido de una forma más acelerada y las personas no ven que vaya a mejorar la situación, mientras que por otro lado se sigue presentando un consumo, pero habría que precisar que desde 2015 la banca ha apuntalado la economía a través del crédito. Lo que ocurre es que las personas no lo están usando para para bienes duraderos, sino para compensar las necesidades de la canasta básica con efectivo y tarjeta. Y postergan los gastos de recreación”, estimó.
El académico agregó que aunque hay indicadores mixtos en la economía se pueden encontrar consistencias en algunos de ellos, y eso es la puerta de una recesión.
Más adelante explicó: “El incremento que hizo México en la tasa de interés de forma desfasada provocó que la moneda se devaluara, porque lo vemos en los indicadores que se están reflejando en la inflación por el precio del dólar. En el momento que el Índice Nacional de Precios al Consumidor va a la alza más de lo proyectado, estamos hablando de una devaluación. Se materializó la pérdida del poder adquisitivo, ya se devaluó la moneda en más del 30%.
“La economía está prendida de alfileres, mantenida del crédito al consumo, porque la reforma -mal llamada hacendaria-, que no que fue otra cosa que una miscelánea, fue mal implementada. La homologación del IVA le pegó más a la frontera; ahorita estamos viendo el resultado de todo esto que hace estragos. Ahorita está de cabeza la economía. Al gobierno no le queda de otra más que continuar parchando los errores con recortes presupuestales”, finalizó.
Costo se traslada al consumidor
Para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Tijuana, Humberto Jaramillo, los sectores empresarial, industrial, comercial y de servicios han hecho un gran esfuerzo por no indexar directamente los incrementos anunciados, siempre esperando una rectificación. “Pero si éstos se siguen reiterando, necesariamente la subsistencia de las empresas y de los empleos que se generan están condicionados a que el empresario pueda tener un utilidad, sino que pueda tener para pagar los compromisos que le genera, primero la producción y luego la comercialización y el detalle, igual que los comerciantes que tienen que vender al menudeo una mercancía”, expuso.
Entonces, abundó, tanto luz, gasolina y diésel sirven para producir, trasladar las mercancías, mientras que en la comercialización una tienda de abarrotes tiene que pagar el recibo de luz, por lo que le resulta increíble e ingenuo pensar que si se encarecen los elementos que mueven la producción, esto no se vea reflejado en la productividad y en el costo de bienes y servicios que se prestan.
“Esto tarde que temprano se tiene que trasladar al consumidor. Es un hecho de comercio de matemáticas muy sencillo: no puedes seguir operando con gastos superiores sin reflejarlo al consumidor. Alguien tiene que pagar esos incrementos”, advirtió.
Respecto a los salarios en el sector industrial, la Asociación de Recursos Humanos de la Industria en Tijuana (ARHITAC) dio a conocer que hubo un módico aumento en los mismos. En enero de 2016 los sueldos oscilaban entre los 800 y mil 200 pesos; en julio de 2016 llegan a mil 500 semanales.
El organismo informó que de acuerdo con los resultados de su encuesta de estatus de reclutamiento en la ciudad, hay 6 mil 708 vacantes para el área de ensamble que no han podido ser cubiertas por las empresas.
Precarización del salario
En el marco del Día del Trabajo, Enrique Peña Nieto declaró: “De diciembre de 2012 a diciembre de 2015, el salario mínimo general promedio acumuló una recuperación en su poder adquisitivo, de 5 por ciento”.
Conforme al reporte de Investigación 123, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) -“México: Más Miseria y Precarización del Trabajo”-, la afirmación del mandatario es falsa, pues del 1 de enero de 2013 al 13 de octubre de 2015 se registró una pérdida del poder adquisitivo del salario de 9.65%.
“En el periodo de Peña ha habido una pérdida del poder adquisitivo del 40% a nivel nacional e inclusive para Baja California. La estimación es con base al salario de la Zona A. Lo importante es ver las horas necesarias para tener la canasta básica. Por ejemplo en 1987 eran cuatro horas y 53 minutos, en abril de 2016 son 23 horas 38 minutos. Para un kilo de tortilla en 1987 eran 24 minutos, pero en abril de 2016 se necesita hora y media.
“Hacienda dice que la gasolina es más barata que en Estados Unidos, pero trabajamos más que un americano para comprarla, esas son falacias del gobierno. El gobierno va a acabar por desacelerar el consumo que es la base del crecimiento. Si la gente no compra, no hay empresas, es un principio elemental”.
Asimismo, se establece que en la actual administración se ha dado una pauperización en calidad de vida, lo que ha llevado a una economía de sustitución donde las personas cambian los productos por otros más baratos o de plano dejan de consumirlos.
“Ese tipo de situaciones les pega a las clases medias que son el soporte de una economía, porque a una persona pobre que de por sí no consume leche, la puedes subir diez veces y qué. La clase media que se debate por no caer y por tener algo de los de arriba; esa es la que se está castigando y empobreciendo más, y si lo haces así, empeorará la situación”.
En el caso de Tijuana, tiene una inflación generalizada de 3.83%, en el rubro de alimentos es del 4.23%. En junio, diversos productos están arriba de dicha medida. En calzado fue de 4.69%; salud, 7.9%; el pan de caja tuvo 6.84%; la tortilla 1.79%; el frijol un 34%, con lo que dicho producto se convirtió en un artículo de lujo.
Quejas contra CFE y gasolineras
Con 38 delegaciones y 13 subdelegaciones, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) se ha dado a la tarea de llevar a cabo verificativos en los precios de la canasta básica, buscando contener el aumento de precios injustificados.
Acorde con la dependencia, en lo que va de 2016 se han realizado 42 mil visitas a nivel nacional para verificar establecimientos y se han aplicado sanciones por 188 millones de pesos.
De enero a junio el organismo recibió 75 mil quejas, más de 18 mil fueron al sector de telecomunicaciones, 11 mil 850 a la CFE y 5 mil 442 al sector turismo, donde están incluidos hoteles, aerolíneas, agencias de viajes y líneas de autobuses.
Mientras que en igual periodo se han llevado a cabo 3 mil 61 visitas de verificación en estaciones de servicio, inmovilizando 4 mil 482 mangueras por irregularidades en el despacho de combustible, e imponiendo multas por 84.8 millones de pesos; en 2016 la dependencia espera verificar 6 mil de las 11 mil 337 estaciones de gasolina que operan a nivel nacional.
Vendrán aumentos
Para el presidente de los Comerciantes, Abarroteros y Tablajeros de Tijuana, César Zamudio, si bien aún no llega el recibo de la luz, pues los anuncios de los aumentos se hicieron recientemente, desde principio del año hubo algunos incrementos.
“Lo que quiere decir que vamos a tener más alzas. La mayoría de los productos ha subido entre el 5, 10 y hasta 15 por ciento, por ejemplo el azúcar subió de 15 pesos el kilo, ahora son 20 pesos. Hace dos meses la soda subió un peso, si valía 8 pesos ahora son 9 pesos. En días pasados el aguacate llegó hasta los 90 pesos. El huevo también ha subido. El cigarro lo van a subir la semana que entra, ya nos avisaron”.
El consultado agregó que el cliente no puede hacer más que aguantase y ajustar su presupuesto o comprar menos, pues lo único que no sube es el salario.
En su opinión, el gobierno no entiende, pues solo sube los precios sin saber si las personas van a tener para pagar.
“Al seguir subiendo la luz y gasolina, automáticamente sube todo. Los comerciantes están cansados de aguantar. Suben 10% y nosotros lo apechugamos para no perder al cliente. Pero ya basta, cada ratito subiendo como que no halla uno que hacer”, declaró, para luego recordar que hasta el momento no ha ido a surtir a los almacenes, pero cuando acuda se dará cuenta si hubo reetiquetado.
Por último, Zamudio planteó: “No sé si vaya a haber otro aumento, ojalá y no, para no afectar al consumidor. Que ya le pare el Gobierno Federal, que se dé cuenta que hay gente que no puede comprar. El trabajador de oficina, de fábricas, de talleres, son los que sufren. Sobre todo las personas de las colonias. Hay aumentos que no se justifican como el aumento a la gasolina, se supone que bajó el petróleo. ¿Cómo es posible que vendan gasolina tan cara? Tengo una tienda chiquita, pago 10 mil pesos de luz cada dos meses, ¿cuánto tengo que vender?, ¿a cómo debo dar las cosas? Están matando al comercio, a la industria”.