Tal vez se valen del cariño que la gente le tiene a sus mascotas, o quizás Illumination Entertainment ya encontró su propia voz, pero esta película de dibujos animados es un estreno fortuito para este verano.
La película cuenta con un buen desarrollo artístico, personajes muy carismáticos, estupendos diálogos y, aunque a veces raya en lo cursi, en general todo funciona para hacer a los adultos pasar un muy buen rato mientras que los niños se divierten con la historia del perro Max (Louis CK) que adora a su dueña, Katie (Ellie Kemper), hasta que ella lleva a casa a Duke (Eric Stonestreet) y entonces empiezan los celos.
Sin embargo, el plan para deshacerse de Duke no sale nada bien y los dos canes terminan viviendo una aventura callejera donde entran en acción un conejo delincuencial de nombre Snowball (Kevin Hart); Gidget (Jennie Slate), la novia de Max; el hiperactivo pug Mel (Bobby Moynihan), y la rechoncha gata Chloe (Lake Bell), entre otros simpáticos felinos y caninos que aquí se congregan.
Bien dirigida por Chris Renaud, con el sólido guion de Cinco Paul, Ken Daurio y Brian Lunch, la cinta tiene más chistes buenos que malos y sí lo pone a uno a pensar en lo que hacen los animales en casa cuando los humanos se van, más en el sentido de lo vulnerables que son, aunque no como para invitar a una reflexión más profunda sobre el cuidado de las mascotas.
Otro punto positivo es que la película tiene un ritmo intenso, la acción es continua y no hay margen para aburrirse ni siquiera tantito, al tiempo que se disfruta ese fino humor que Illumination Entertainment ha empezado a cosechar desde “Despicable Me”, sin olvidar a los “Minions”. ***
Punto final.- Nunca espere entusiasmarse con el estreno de otra película de “Star Trek” pero ver para creer.
