El fin de semana pasado, una serie de actos ha empezado a generar un mal olor desde la secretaría del ayuntamiento de Tijuana que dirige, el ex perredista Carlos Mejía –quien suplió a Bernardo Padilla– hasta la Secretaría De Desarrollo Urbano que encabeza Roberto Sánchez Martínez. Así el entramado: el viernes 8 de julio hubo dos acontecimientos que marcan esta historia. La primera, es que ese día a Édgar Fernández Bustamante le pidieron la renuncia como director del Fideicomiso Promotora Tijuana. Al buen abogado y colmilludo priista no le restó más que agarrar sus cosas e irse por la puerta trasera. Es más, el ayuntamiento ni anunció la salida de ex diputado. Paralelamente, el presidente municipal, Jorge Astiazarán Orcí, acudió a la celebración del Día del abogado –habiendo tantas organizaciones– a la Federación Estatal de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados de Baja California (Fedabo) que preside Pedro Ariel Mendívil García, representante –junto a su esposa– de gasolineras en Mexicali. Para no abundar en detalles, el sábado 9 de julio sin Fernández y con el reconocimiento público del alcalde, Pedro Mendivil apareció en un predio en litigio de 19 hectáreas en la parte colindante con Playas de Tijuana identificándose como “asesor del ayuntamiento” junto con quien dijo ser (primero el director de la Promotora Municipal de Tijuana y luego) el encargado de despacho de la acéfala dependencia, Óscar Humberto Martínez Millán. Tal funcionario oficialmente es en realidad el titular de Dirección Jurídica Consultiva, área de la Consejería Jurídica Municipal, la cual despacha Jorge Borja. Así, sin documento alguno ni orden judicial en mano, Mendívil y Martínez intentaron junto con una gran movilización policiaca expulsar a los vigilantes de los terrenos, acto que se entendió como un intento de despojo para darle posición a una de las partes, quien además llevó maquinaria pesada para las operaciones de “limpieza” que Martínez alegaba, fueron a hacer. Las más 6 patrullas levantaron presión y se acercaron a velocidad junto a sus armas y –dicho en sus palabras–por la “instrucción directa del 02”, es decir Carlos Alberto Gómez Miguel. El tema se resolvió por el momento, acordaron en lugar de empujarse en el polvo y el cerro, llevar el tema a las oficinas del ayuntamiento a revisar papel por papel…
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