18Hoy desperté con un cargo de conciencia. Me dije a mi mismo, ¿qué estás haciendo para que México sea mejor? ¿Para que nuestra sociedad sea menos injusta? ¿Cuál es tu aportación para que nuestra democracia funciones mejor?
Escribo, propongo, critico, me contesté de inmediato. Sí, me auto critiqué, eso ya lo sé, no está exento de valor lo que haces, pero no modifica las cosas. De inmediato recordé una conversación que tuve con Jorge Carpizo, hace mucho tiempo, donde analizamos que, según su dicho, que yo había sido como legislador un catalizador de todo de lo que muchos académicos habían escrito para mejorar la realidad nacional.
Que yo, desde mi trinchera legislativa, modesta pero efectiva, había contribuido en mucho a llevar a la práctica las propuestas académicas de muchos investigadores e intelectuales. “Tú con tu trabajo legislativo, has contribuido a hacer realidad la crítica académica”, concluyó Carpizo.
Recordar esta conversación me llevó a examinar y evaluar la importancia del hacer sobre el decir. Esta reflexión no implica que tenga que volver a ser legislador para transformar o modificar lo obsoleto. No, nada más alejado de la realidad. Lo que creo quiso decir Carpizo, fue que no importa qué tan brillante sea el análisis del intelectual o qué famoso pueda ser el que lo realiza, en la realidad, sus comentarios son oídos y tal vez analizados, pero muy pocas veces tomados en cuenta al crear la Ley.
Eso me hizo reflexionar sobre mi vida y mi aportación al cambio. Sí, es cierto. Señalo, analizo, critico, pero, por más brillante que sea mi análisis, no cambio, no transformo nuestra realidad. En ese sentido es más importante la más sencilla acción sobre la realidad, que el más brillante análisis.
Por eso me propongo cambiar y los invito a que algo hagamos por mejorar nuestra sociedad. Hagamos algo por el mundo en que nos rodea, aunque sea sencillo, pero que impacte de inmediato la forma en que vivimos.
No sé cómo ni cuándo, pero creo que debo pasar de la declaración a la práctica, de la reflexión a la acción y hacer algo positivo por nuestro país, por la sociedad en la cual vivimos. Sin dejar de criticar lo que creo está mal, me he propuesto a hacer algo para impulsar la justicia social.
Es tiempo que algo hagamos, desde la actividad que cada uno realice.
Si todos cambiamos un poco, el cambio colectivo será mucho y muy importante. Los invito a actuar.
Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana.