La jornada electoral concluyó y como en toda batalla hay ganadores y perdedores. Los grandes derrotados en el ámbito nacional son: las encuestas, el PRI-Gobierno, la llamada “guerra sucia” y los candidatos independientes. Por cuestiones de espacio me será difícil hablar de los cuatro temas pero en esta ocasión me enfocaré a las encuestas.
Estos instrumentos de medición en su mayoría dejaron de ser una pieza clave de información veraz y toma de decisiones en campañas políticas para convertirse en una herramienta meramente propagandística de los partidos políticos.
Las casas encuestadoras –no todas– hicieron un trabajo vergonzoso, los resultados que arrojaron antes de la elección como después del cierre de casillas están por demás cuestionados. Pocas empresas se salvan, la mayoría tuvieron errores terribles de estimación. Los casos más patéticos son los estudios que presentaron tanto El Universal como El Financiero.
El Universal erró en varias de las encuestas por amplios márgenes, tenemos como ejemplo Tamaulipas, Aguascalientes (dos veces) y qué decir de Durango donde colocaban al PRI con ventaja de dos dígitos y el candidato del PAN José Rosas Aispuro ganó por casi 30 mil votos. La última encuesta publicada sobre Tlaxcala sí fue acertada al señalar como ganador al candidato del PRI.
Pero quienes de plano rayaron en lo ridículo fue el periódico El Financiero; es de llamar la atención que un medio donde sus lectores tengan un perfil eminentemente económico decidieran “meterse de lleno” en el tema político y aún más en las encuestas. Desde el año pasado lo vienen haciendo –por cierto muy mal– y en esta elección fueron quienes más publicaron, al grado de presentar casi al finalizar dos encuestas por día.
El último mes prácticamente todas las encuestas que realizaron daban el triunfo a candidatos del PRI y por márgenes considerables. Pronosticaban por ejemplo que en Quintana Roo el candidato tricolor ganaría por 8 puntos y terminó perdiendo por 10. También en Aguascalientes la candidata del PRI según sus estudios ganaría entre 4 y 6 puntos y perdió por 2.2. En Durango igual que El Universal no lo daban ninguna oportunidad al candidato del PAN y ganó por casi 5 puntos. La única que más o menos se acercó fue Chihuahua donde colocaron al PRI arriba por 3 puntos y aun así perdió por 8 el candidato tricolor.
El Financiero dejó de publicar notas económicas por hacer un periodismo militante. La portada de uno de los últimos días de elección tenía de un total de 6 notas, 4 favoreciendo al PRI. Anteriormente quisieron influir al atacar al candidato panista de Tamaulipas y Aguascalientes y ambos ganaron.
Dos personajes están llevando a ese medio a la pérdida de credibilidad: Pablo Hiriart, un hombre pro gobierno y el encuestador Alejandro Moreno. Este último salió del periódico Reforma para luego ser encuestador del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Lo más contradictorio es que en la dirigencia del PAN ven a Alejandro Moreno como un hombre serio y respetado a pesar de que operó en contra de sus candidatos blanquiazules.
El colmo de El Financiero fue el día de la elección –salvo Oaxaca (otra vez favoreciendo a un candidato del PRI)–, falló en sus encuestas de salida.
Ahora algunos de sus columnistas se escudan diciendo que las demás casas encuestadoras también fallaron. Lo que deben de hacer si es que tienen un poco de dignidad es pedir disculpas por sus catastróficos errores y no explicaciones “simplonas”, de lo contrario la sospecha de arreglo económico o de favores políticos les rondará, mínimo de aquí a la siguiente elección.
En estas elecciones quedó de manifiesto que la población no se deja influenciar por las encuestas para mala fortuna de PRI y de algunos medios.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro
