César Mancillas partió del desastroso estado de las finanzas del actual Ayuntamiento, para presentar sus “Propuestas y Estrategias Financieras” que lleven a reconstruir Ensenada. “Lo primero que debemos saber es dónde nos vamos a meter”, dijo.
El ex alcalde panista y ahora candidato del PES para el mismo cargo, aprovechó también para presumir las cifras que manejó en su administración (2004-2007), en contraste con las del priista Gilberto Hirata Chico (2013-2016).
Empezó con la deuda pública, “un problemón”, que en su gestión alcanzó los 10 millones de pesos y en el actual gobierno llega a más de 573 millones de pesos. Las dos administraciones anteriores a Mancillas, también panistas, habían dejado una deuda de 30 y 26 millones respectivamente.
El pasivo total que dejó el entonces alcalde fue de 120.5 millones de pesos, hoy es de mil 422 millones de pesos. En 2007 el Gobierno Municipal erogaba 427 millones de pesos en Servicios personales, Nómina y Prestaciones; en 2015 fueron mil 79 millones de pesos, y concluirá el Gobierno de Hirata con un gasto en ese rubro de mil 240 millones de pesos.
El “dolor de cabeza” del Ayuntamiento es la deuda con el ISSSTECALI, con César Mancillas ascendió a 7 millones y medio de pesos, con Pablo Alejo llegó casi a los 29 millones de pesos, con Enrique Pelayo se elevó hasta los 190 millones de pesos, pero con Hirata Chico se desbordó a más de 505 milllones de pesos: “Es falso que por anteriores administraciones se haya ido la deuda hasta dónde se fue”.
Otras cifras que manejó el aspirante a la alcaldía para ilustrar la quiebra de la actual administración es la de mil 145 empleados de confianza, que supera a los mil 97 sindicalizados, 130 millones de pesos en pagos discrecionales, elevadísimos pagos por servicios, como por ejemplo la gasolina, hasta 100 millones de pesos anuales.
Mancillas explicó un “Plan de 100 Días” donde la primera acción será un plan inmediato de reingeniería y administración pública, con eliminación de gastos injustificados, revisión de la nómina, plan de eficiencia que reduzca el gasto corriente en un 25 % el primer año, y la reducción del 30 % al sueldo del personal de confianza. Explicó que un primer ahorro producto de la eficientización sería por 150 millones de pesos, “ya que ahorita 60 personas nos cuestan 100 millones de pesos por concepto de honorarios”.
Prometió desde el primer día un plan municipal de desarrollo, un programa emergente de reparación y bacheo de las principales vialidades, reposición de alumbrado público y semaforización, reactivación del C4, renegociación de la deuda pública, apertura del Libramiento, reactivación del plan municipal de transporte, fortalecer el ordenamiento urbano y rural del municipio, poner orden inmediato en los Valles de Guadalupe y Maneadoero, y ordenamiento territorial de San Quintín, entre otros que planteó.
Entre lo que llamó “proyectos emblemáticos” mencionó la modernización del centro histórico, paseo de la rambla y ciclovía, centro artesanal y la “darle forma” al Valle de Guadalupe para que sea “pueblo mágico”, “y no cuesta mucho, 60 millones de pesos”.
Y la base de todo sería el Consejo Ciudadano de Desarrollo Regional, incluyendo la visión de dividir el extenso municipio por vocaciones, es decir, cuatro zonas “donde los cuatro sean administradores de la delegación y no sherifes como ahora”.