Después de las campañas, publicitarias, ofensivas y sin información para los electores, lo que queda claro es un es un individualismo sin causa; a nadie le interesa realmente organizar a sus seguidores en el caso de los partidos políticos, para buscar soluciones a tantos problemas económicos, sociales, de salud y culturales: nadie propone algún plan para detener el crimen organizado. Los independientes ni saben el alacrán que se echarán al seno si llegan a ganar en algún municipio.
El PRI, al igual que todos los partidos de izquierdas o derechas, como técnica de permanencia: siempre buscan a diputados y senadores sin conocimientos políticos, otros que confunden su actuación en el Congreso, con La Hora Pico o con La Parodia: deben saber que ahora les paga el pueblo que votó por ellos para que fueran sus dignos representantes y no payasos como en comedia.
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En el campo de la educación en México, sucede algo diferente: los maestros no desean educar al pueblo de México. Siguiendo los programas de Gobierno que ofrece la Secretaría de Educación Pública; el sindicato de maestros parece ser de extrema izquierda, y mientras menos aprendan los alumnos, más útiles le serán a los líderes del magisterio, que según se comportan, pretenden convertir las aulas en escuela de guerrillas.
Por eso los jóvenes que no pudieron estudiar en escuelas particulares, abandonaron el estudio para buscar trabajo. Pero no los contratan por falta de conocimientos escolares, entonces buscan una aventura suicida. Pretendiendo cruzar la frontera. Los que logran cruzar al vecino país, son rechazados o con menos de la mitad del sueldo o salario mínimo son contratados. Al ser explotados y menospreciados, optan por seguir a grupos que como en México, pretenden desestabilizar al gobierno de aquel país. Y en lugar de mejorar, crecen sus problemas económicos. Sobreviven con la limosna que les ofrecen algunos grupos rebeldes de aquel país e ilegalmente permanecen hasta que son deportados o presos en el extranjero.
Es tiempo de buscar vida en un mundo para todos, dejemos de pensar en forma individual y que cada cabeza es un mundo: hay cabezas huecas que no tendrían mundo según la expresión anterior; ellos necesitan una representación social para que puedan sobrevivir en grupos de apoyo organizados: los políticos deben aceptar que en México existen grupos de indígenas que necesitan sumarse al grupo social común, igual que cualquier grupo actualmente activo, para que junto con los otros grupos produzcan todo lo necesario para vivir bien.
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Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B. C.
