Acumulada el agua de lluvia desde el 6 de mayo de 2016, las abandonadas albercas Briseño se habían convertido en un foco de infección para los habitantes de El Vergel, en Tijuana.
Mal olor y la proliferación de moscos alertó a las autoridades de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), cuyo personal acudió la segunda semana de junio a limpiarlas y desinfectarlas, sin aplicar sanción alguna, llevándose solo la promesa de los encargados de que, en las próximas lluvias, no se dejará acumular el agua en las ruinosas instalaciones.