Si algo está blindado, resguardado bajo siete puertas y mente -supuestamente- de unos cuantos, es la agenda de campaña de René Mendívil Acosta, candidato del PRI al Ayuntamiento de Tijuana. Sucede que a diferencia del resto de los candidatos, quienes envían por correo electrónico o publican en sus páginas personales, la agenda del día siguiente con la intención clara, lógica y propagandística, de que los reporteros cubran sus actos para darlos a conocer a la ciudadanía, el abanderado del tricolor hace todo lo contrario. La esconde. La tiene en resguardo y es secretísima. Aún no se sabe quién fue el sesudo de todos sus carísimos asesores que le recomendó, contra todo principio de campaña política, no dar a conocer los lugares en los que estará, pero sí se sabe el motivo de tal ocultismo. Resulta que en el búnker priista le tienen miedo, pavor, a las huestes panistas, y creen que si publican la agenda, las hordas del panismo se apersonarán en los lugares señalados para hacerle pleito a los tricolores. Vaya, es tanto el temor de un enfrentamiento o boicot a la agenda del candidato oculto, que si Usted habla por teléfono para saber dónde estará el día de mañana el candidato, no se lo dirán, a menos que sea un reportero o periodista -como si los reporteros o periodistas fueran lo más discreto-. El de Mendívil es un caso inédito. Mantener secretísima su agenda para que no vayan a echarle pleito. Qué cosa.
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