Encerrados en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Tijuana y a la espera de ser sentenciados por el homicidio de tres hombres, se encuentran María del Rosario Ramírez Medina -de 49 años de edad- y su hijo, Jorge Magallanes Medina -de 23-, luego de ser arrestados en Playas de Rosarito, informó la Subprocuradora de Justicia en ese municipio, Patricia Ortega Inzunza.
La funcionaria narró a ZETA cómo el caso inició el 9 de agosto de 2015, cuando el cadáver putrefacto de un hombre, identificado días después como José López Merecías, fue encontrado en un paraje del Corredor 2000 en Tijuana; posteriormente agentes de investigación de la Procuraduría General de Justicia (PGJE) se percataron que el vehículo del occiso -una camioneta color rojo- fue vendido a una persona en un mercado sobre ruedas de la colonia La Nopalera de Tijuana, por parte de Medina Ramírez. Sin embargo, la Policía Ministerial no pudo dar con el paradero de la mujer.
Meses después, un familiar de Jorge Zepeda Reyes -otra de las víctimas- reportó su desaparición desde diciembre pasado; el hombre era propietario de un inmueble del Rancho Los Misterios, en un paraje semi desolado, a escasos metros de la Carretera Escénica Tijuana-Ensenada, Delegación Primo Tapia de Rosarito.
Ante el reporte, agentes de la Policía Ministerial rosaritense se apersonaron en el domicilio, ubicando un automóvil Toyota de color blanco, perteneciente a un ex sacerdote católico desaparecido de Tijuana, de nombre Eusebio Ramírez Mojica. Al confirmar con el Centro de Atención a Personas Extraviadas o Ausentes (CAPEA) la propiedad del vehículo, la Subprocuraduría de Rosarito procedió con la presentación de los ahora consignados ante el Ministerio Público, donde admitieron haber sofocado con una bolsa a López Merecías hasta matarlo, y golpeado con un martillo a Eusebio Ramírez con el mismo cometido; respecto a Zepeda Reyes, argumentaron que “se encuentra de viaje”.
Parte de las declaraciones de los asesinos fueron confirmadas cuando, el lunes 9 de mayo, elementos de la Subprocuraduría de Rosarito catearon la vivienda y hallaron dos cuerpos semi enterrados y en avanzada descomposición en la jardinera del patio frontal de la casa de tres pisos, presumiblemente corresponden a Zepeda Reyes y a Ramírez Mojica; además, al interior del domicilio hallaron un martillo con rastros de sangre, presumiblemente usado para ejecutar a quien fuera religioso antes de involucrarse sentimentalmente con María del Rosario. Las otras dos víctimas también fueron sus parejas.
En el interior de la vivienda, se encontraron documentos personales de las personas asesinadas.
Ortega Inzunza dijo a ZETA que las pruebas periciales para oficializar la identidad de ambos cuerpos -ya momificados- tardarán por lo menos dos semanas más, y una vez integrados los expedientes, se consignará a los ahora indiciados en Rosarito, tal y como ya sucedió en el Juzgado Tercero de lo Penal de Tijuana, donde deberán, tras la revisión de juez, ser condenados próximamente.
“Estas personas no son peritas en dulce, tenían sus costalitos de cal, vaciaron los cuerpos con cal, los envolvieron y los enterraron en el patio frontal de la casa. La cal provoca que se solidifique la sangre, se evita el mal olor, y no pueden ser identificados a primera vista”, explicó.
De acuerdo con las autoridades judiciales, el móvil de los crímenes es el robo, ya que la pareja se adjudicó tanto dos vehículos y diversas pertenencias de quienes mataron, así como la vivienda en que ambos habitaban, propiedad de Zepeda, a quien María conoció -aseguró ante el Ministerio Público- en el Swap Meet 5 y 10. Conforme al Código Penal, La pena por cada uno de los homicidios podría ser de hasta 50 años de prisión.
En lo que va de 2016, Rosarito ha experimentado un repunte en materia de homicidios dolosos; datos proporcionados a este Semanario por la PGJE, señalan que hasta el 14 de mayo de 2015, habían sido perpetrados 17 asesinatos, mientras que entre el 1 de enero y el 11 de mayo de 2016 son 27, lo que representa un incremento de casi el 60 por ciento.
