La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo que deberá suspender visitas a la región y audiencias debido a una crisis financiera “extrema”, por la que anunció además que perderá hasta el 40 por ciento de su personal, cuyos contratos vencen a finales de julio próximo, y no cuenta con recursos económicos para renovarlos.
“La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) atraviesa una crisis financiera extrema que tendrá graves consecuencias en su capacidad para cumplir con su mandato y funciones básicas”, indicó el ente internacional a través de un comunicado.
El quiebre del órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), defensor de los derechos humanos en el hemisferio, deberá también suspender las visitas a los países previstas para este año, al igual que los periodos de audiencias de julio y octubre, donde los comisionados escuchan a representantes de los países y víctimas u organizaciones civiles sobre el estado de los derechos humanos en la región.
La “alarmante” y “catastrófica” situación agudizará aún más el retraso procesal de los casos de abusos de derechos humanos que analiza el organismo, que llamó a los 34 países miembros de la OEA, países observadores y organizaciones “a realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición” para revertir la situación.
La CIDH obtiene parte de sus recursos a través de la OEA, que le destina 6 por ciento de su presupuesto, es decir, unos 4.8 millones de dólares en 2015, para un organismo que requiere seis veces esa cifra, según un plan preparado por la secretaría ejecutiva.
Otros recursos provienen de donaciones, que sin embargo, se han reducido. Tal es el caso del de la Unión Europea, la cual desvió el año pasado 2 millones de dólares de la Comisión a otras iniciativas, a medida que ha debido atender otras crisis más cercanas como la situación de los refugiados o el conflicto en Siria.
Otras donaciones, provenientes tanto de países miembros de la OEA, así como de Estados observadores, complementan en más de un 30 por ciento el presupuesto total de la CIDH, que en 2015 fue de ocho millones de dólares.
Ante este escenario, la Comisión exhortó a los países miembros, los países observadores y otros posibles donantes a realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición para lograr este objetivo, antes del 15 de junio próximo.
Hizo un “enérgico llamado” a los Estados miembros de la OEA a asumir su responsabilidad con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y confió que en su Asamblea General de junio, la OEA adopte una decisión histórica y trascendental, que refleje su compromiso con la defensa de los derechos humanos.
“Nuestro trabajo está en riesgo en función de la situación financiera”, había dicho el pasado mes de abril, el presidente de la CIDH, James Cavallaro.