Subsisten entre el folclor colombiano y la apertura latinoamericana hacia la música alternativa, ganando terreno de a poco con un sonido crudo y blusero, Diamante Eléctrico es un pilar del rock en la tierra de Shakira, Aterciopelados, Juanes, la cumbia y el vallenato, desde donde traerán la esencia de sus dos álbumes, el homónimo del que se desprende el éxito “Nos Rompemos Igual”, y el disco “B”, ganador del Latin Grammy en 2015, como Mejor Álbum Rock.
Con el garage oscuro y por momentos colorido, el trío colombiano compuesto por Juan Galeano, Andee Zeta y Daniel Álvarez visitará la entidad el jueves 2 de junio para presentarse en Black Box, en Tijuana, ciudad de la que dijeron tener curiosidad: “Nos han dicho que Tijuana es bien real como nosotros, tierra de nadie, con un rollo muy particular por ser fronteriza. Y nosotros igual, oscuros, desafiantes, pero con mucha garra”, relató Álvarez a ZETA.
El músico agregó que aprovecharán la visita a la frontera para probar algunos de los temas de su tercer disco, “La Gran Oscilación”, que publicarán en septiembre, pero ahondó en el álbum que les dio el gramófono latino a lo mejor de la música grabada en Latinoamérica:
“El disco ‘B’ es el lado colorido y menos ‘garagero’ que el anterior, con melodías más 60s y 70s, canciones más amables. 12 temas que exploran la misma rabia pero más pulida, con el espíritu de la banda y el reconocimiento como el disco más grande del rock en Latinoamérica, de letras muy personales, de libre interpretación, que nacen del dolor, de amores que no funcionan, y el caos personal traducido a música”, de manera que el próximo material a publicar, el cual fue grabado en Colombia, en vivo y en cinta como en el pasado, será un sonido crudo.
Sobre el contexto desde el cual lanzan su propuesta sonora, en medio del folclor, el guitarrista expresó que hacer rock alternativo en Colombia logra un fortalecimiento por ser diferente, como una respuesta natural a la manera en que fluye la música en ese país: “Nosotros no estamos enojados con el folclor, nos gusta mucho, pero nuestra rabia la hablamos en rock, en un rock muy latino, cantado en español, con ejercicios rítmicos muy negros como la historia de Latinoamérica. Nosotros mismos venimos de tendencias muy negras como el blues, para las que tienes que tener un poquito de sabor para tocar, hay una insignia de rock latino, pero no necesariamente folclórico. Existe una tendencia de buenas canciones, independientemente de géneros y estilos, la gente está abriendo sus oídos hacia un espectro amplio de música; sin duda los festivales de rock tienen mucho que ver con ese crecimiento de las bandas y el público, todos hemos crecido y expuesto a diferentes ritmos y sonidos. Se abren los oídos y lo alternativo deja de ser raro”, concluyó Daniel Álvarez, contento por el arribo del concepto del festival Lollapalooza a Colombia.