Como prácticamente todo mundo sabe, dada nuestra nueva realidad política, se nos hará más complicado tomar una decisión el próximo mes de junio, cuando tengamos que elegir candidatos a presidentes municipales y a legisladores estatales.
¿La razón? Que como nunca antes, habrá tal cantidad y calidad de candidatos a diputados y alcaldes, que no será nada fácil elegir a tan solo uno de ellos, según el distrito o la ciudad que les corresponda.
Para hacerlo más interesante, hay que tener en cuenta quiénes son los candidatos suplentes, quiénes integran las planillas para renovar los ayuntamientos (síndicos y regidores), así como los nombres de los probables principales nuevos funcionarios municipales, los cuales estarán al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, Desarrollo Económico, Contraloría, Finanzas, Oficialía Mayor, Desarrollo Urbano, Medio Ambiente, Desarrollo Social, Jurídico y muchas otras dependencias más, las cuales resultan esenciales para la prosperidad de la población.
Además, habrá que tener en cuenta algo esencial: ¡Cuáles serán las propuestas de trabajo!, ramo por ramo, especialmente las relacionadas con la tranquilidad de la ciudadanía, así como aquellas que resultan indispensables para el buen manejo de los dineros públicos y del progreso de las ciudades. Una de las principales razones por las cuales nuestro país no avanza, es que cada trienio, sexenio y cada que cambian a un titular de una dependencia, es un nuevo reempezar, con múltiples consecuencias negativas para todos.
Pero el caso es que para llegar a la difícil decisión de emitir un voto a favor de determinado candidato, antes habrá un largo camino de foros, debates, campañas mediáticas, volanteos, mantas, redes sociales y todos los medios posibles para saturar nuestras mentes de argumentos y golpes bajos, mediante los cuales los artífices de las campañas considerarán que podrán convencer a los votantes de que su promocionado y no el contrario es quien deba de ser elegido.
Finalmente pero no por ello menos importante, habrá que conocer las plataformas políticas de los partidos o de los grupos detrás de cada candidatura, puesto que no solo el rostro del aspirante a representarnos tendrá que ver con la elección.
Lamentablemente, a votar solo vamos unos pocos integrantes del padrón de votantes, los cuales a su vez solo son una parte de la totalidad de la población, lo que hará que la votación se fragmente y que los elegidos en realidad hayan sido votados por tan solo una pequeña parte de los habitantes, los cuales, al no sentirse directamente responsables de la selección de la minoría, jamás terminará de comprometerse en las tareas públicas, dedicándose tan solo a criticar o a sufrir las consecuencias de su apatía.
Por todo lo anterior, tenemos una importante propuesta: ¿Qué tal si en lugar de una sola ronda de votaciones tuviéramos cuando menos dos, pero buscando por todos los medios posibles que salga la ciudadanía a votar?
Estamos conscientes de las complicaciones, costos y críticas que la idea puede llegar a tener, pero el resultado sería que al final de cuentas solo tendríamos dos candidatos fuertes, por sí y por el necesario compromiso que habría entre los competidores y entre los votantes.
Para esto, los candidatos que fueran quedando eliminados, tendrían algo muy importante que ofrecer a los finalistas y éstos los necesitarían, por lo que podrían lograrse esenciales alianzas entre ellos, con beneficios para todos.
Para los votantes, el proceso sería mucho menos aburrido y su voto aumentaría su atractivo y su poder.
Por supuesto habría que madurar y detallar el proceso, que solo aplicaría donde la cantidad de candidatos lo ameritara, pero aunque no estamos seguros de que la idea pueda ser aceptada, lo que sí es una realidad es que si no se cambia el modo de las elecciones, la apatía seguirá imperando.
Todo es cuestión de una segunda vuelta.
Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil, A.C. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: www.AlianzaCivil.Org Facebook: AlianzaCivil Twitter: @AlSandoval
