De Trez en Trez
Los Polivoces, ese dueto de comediantes muy aceptados allá por las décadas de los 60’s y 70’s, parodiaban a Don Pedro Ferriz Santacruz y a su programa “Un mundo nos vigila”, donde el excelente locutor contaba casos de extraterrestres. Eduardo Manzano y Enrique Cuenca exageraban en su actuar y repetían preocupados ante la supuesta amenaza alienígena: “Ya no sabemos si ponernos a llorar, a reír o a rezar”.
Pues, igualito que ellos, ahora no sabemos cuál acción tomar al ver la situación del país y de los que dicen gobernar y llevarnos por el camino recto de la paz, el orden y el progreso, cuando en realidad sucede todo lo contrario.
Nos hablan de honestidad y de leyes anticorrupción, y nos enteramos que el mismísimo presidente de la república no reporta –desde el inicio de su gestión– claramente cuál es su situación patrimonial, ni sus posible conflictos de intereses y como “mal acaba lo que mal empieza” pues…
Luego viene el sonado asunto de la Casa Blanca de la Lomas –quesque “La Gaviota” la compró con el sudor de su frente– y la de Malinalco para el titular de la SHCP Luis Videgaray, todo “cortesía” de Juan Armando Hinojosa, dueño del ahora famosos Grupo Higa, favorecido por “Enriquepeñanieto” desde sus tiempos de gobernador del Estado de México. No pasó nada, hasta nos regañaron…
Lo más reciente de este empresario favorito de la actual administración federal es que su nombre –junto con otros mexicanos “dinerudos”– aparece en los llamados “Panamá Papers” y lo ubican moviendo 100 millones de dólares apenas semanas después de haberse hecho público el asunto de las “casitas” con facilidades y a precios y condiciones “muy especiales”. Además de que se sabe por publicaciones, que en 2015, Hinojosa obtuvo nada más de la SCT, jugosos contratos por cientos de millones de pesos.
¿De dónde se “hizo de mulas Pedro? ¿Habrá pagado religiosamente los impuestos que corresponde a tamaña utilidad? ¿La SHCP está enterada de esto? ¿Declaró en forma correcta sus ingresos? ¿Lo hará en este mes de abril que corre? Una muestra más de impunidad.
Nos aseguran que en este país todo está en orden, que hay justicia y castigo para los delincuentes y de pronto a la administración federal le entra la prisa por terminar con el caso de los 43 normalistas desparecidos en Iguala ¡hace casi dos años!
Al respecto, se habla de un posible acuerdo para la reparación del daño a sus familias ¡cuando aún no se sabe a ciencia cierta lo que realmente sucedió con los jóvenes! Hay dimes, diretes, acusaciones, pleitos y jaloneos con experto extranjeros que fueron llamados simple y sencillamente porque se duda de la actuación y no se confía en las autoridades del país. El descrédito y la falta de confianza son enormes.
Y para acabarla de amolar, en este caso en particular, luego del resultado del tercer peritaje dado a conocer por la PGR, tal parece que estanos como al principio; desde luego, los errores del gobierno federal y del estatal de Guerrero han dado pie para la politización de este lamentable acontecimiento. Caro están pagando su falta de habilidad y sensibilidad para manejar este tema tan delicado aún pendiente de resultados.
Se nos dice y afirma a mañana, tarde y noche –por este o aquel funcionario– que, económicamente estamos bien, que no hay de qué preocuparse, pero por desgracia la realidad diaria y el bolsillo nos indica exactamente lo contrario.
Se nos demanda austeridad y sacrificio mientras la clase gobernante sigue derrochando a manos llenas su dinero y el mío; jamás el de ellos, todo con cargo al erario público, ¿Recuerda a la funcionaria de la Secretaría de la Función Pública que gusta del buen comer y beber en el extranjero? Y ¿qué decir del titular de esa oficina?
Por eso y por muchas otras cosas más, los mexicanos, como Los Polivoces al imitar a Don Pedro Ferriz Santacruz: ya no sabemos si reír, llorar o rezar.
P.D.- Y lo que falta por suceder…
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com
