Hoy en día desafortunadamente son pocas las cosas que nos genera una reacción positiva, hemos perdido capacidad de asombro y más en nuestro entorno actual marcado por noticias que alarman. Pareciera que solo actuamos si nos afecta directamente, de lo contrario no es lo suficientemente importante más aún en las ciudades denominadas grandes.
Cuando tomé la decisión de buscar nuevos horizontes laborales que me permitieran crecer como profesionista y persona sabía que me encontraría con diversas situaciones, algunas muy enriquecedoras y otras dolorosas, así es esto. Lo que nunca me imaginé fue que en el camino me toparía con gente que verdaderamente representa ejemplo de valentía y tesón por salir adelante motivadas por el deseo de superación.
Oaxaca, como bien sabemos es unos de los estados con menor desarrollo. En esta entidad la marginación y desesperanza son temas arraigados en las familias por generaciones.
Eufrosina Cruz Mendoza, nació en Santa María Quiegolani, región indígena zapoteca (en Oaxaca hay más de 15 grupos étnicos) donde las carencias como en gran parte del estado son su característica. Un lugar como tantos en México donde las mujeres son relegadas en todos los renglones: educarse, desarrollarse, crecer es impensable en esta comunidad. La palabra igualdad es inexistente generada desafortunadamente por tradición e ignorancia, nadie les inculcó que ser mujer es simplemente igual que ser hombre.
Eufrosina tuvo las agallas de salir de ese entorno. A los 12 años solo hablaba zapoteca por lo que empezó a estudiar español; por sus propios medios logró cursar una licenciatura en contabilidad en la Universidad de Oaxaca, ubicada en la capital del estado. Con título en mano regresó a su comunidad con el propósito de aportar algo de lo que había aprendido.
En el 2007 decidió participar como candidata a la máxima autoridad local, a pesar de su triunfo inobjetable una asamblea integrada por puros hombres simplemente lo anuló ya que según las leyes de “usos y costumbres” las mujeres no podían ser electas por lo que eliminaron los votos que ella obtuvo (en Oaxaca más de 400 municipios se rigen bajo el sistema de “usos y costumbres” de un total de 550 aproximadamente).
Esto sucedió apenas en el 2007 cuando el país presumía vivir intensamente su democracia. Por fortuna el caso de Eufrosina fue cobrando relevancia nacional e internacional máxime que ella inició una serie de batallas legales para que se modificaran las leyes en su estado y en México. Su lucha continuó. Fue en el 2010 que logró una diputación local por el Partido Acción Nacional, meses después fue designada Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Oaxaca, primera mujer indígena en obtener dicha responsabilidad.
Sabiendo que su tarea estaba inconclusa buscó ser diputada federal y lo consiguió. Desde su escaño en la Cámara de Diputados y con el apoyo de diversas fuerzas políticas logró lo impensable: una Reforma Constitucional donde se garanticen los derechos políticos de la mujer indígena al modificarse las leyes de “usos y costumbres”.
Hace tan solo unos meses en una labor que parecía por demás titánica exploró la posibilidad de ser gobernadora por Oaxaca, las consideraciones cupulares partidistas se lo impidieron. Estoy seguro que hubiera puesto a temblar a más de uno. Aun así su lucha por los derechos de los pueblos y las mujeres indígenas apenas inicia. Me enorgullece presumir su amistad. Hoy al verla feliz, casada y con su hijo Diego de 3 años son las cosas que verdaderamente me motivan a reconocer que la decisión que tomé hace algunos años de buscar nuevos horizontes bien ha valido la pena.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas, comunicación y campañas; se ha desempeñado como vocero en la Secretaría de Hacienda y Secretaría de Desarrollo Social en el Gobierno Federal así como como Director de medios en la Presidencia de la República. También fungió como Director de Comunicación Social en el Gobierno del Estado de Baja California. @CasoAlejandro alejandro@caudae.com
