Cómo puede ser posible que en una película se logre la perfección de la imagen y la imperfección narrativa al mismo tiempo. Ésa es la gran pregunta que deja esta película que pretende contar el origen muy remoto de Blancanieves desde la dirección de Cedric Nicolas-Troyan, quien fue responsable de los efectos visuales en la primera entrega de esta endeble serie.
Tal vez el hecho de que “Blancanieves y el cazador” no haya sido un buen referente para contar ahora el cuento de la malvada Reina Ravenna (Charlize Theron) y de su hermana Freya (Emily Blunt), que al creer que el amor la traicionó se posesiona de un reino que somete al más extremo de los inviernos y luego toma a los niños para convertirlos en guerreros, prohibiéndoles las emociones.
Pero Eric (Chris Hemsworth) y Sara (Jessica Chastain) no pueden evitar lo que sienten, al ser descubiertos son castigados y con el tiempo el muchacho crece para sobrevivir a Freya y combatir a Ravenna emprendiendo así una aventura que poco se entiende y solo produce tedio a pesar de tener un elenco experimentado y atractivo.
El problema es vergonzoso, no hay una continuidad, las escenas suceden sin lógica y de pronto uno sabe que el filme tiene problemas cuando empieza a ver a la gente en el cine más interesada en sus celulares que en la pantalla grande. Vaya indicador del error cinematográfico que es esta producción que a veces se quiere parecer al “Señor de los anillos”, luego a “Los juegos del hambre” y a ratos hasta se parece a “Game of thrones”.
Cero identidad Disney, nada de personajes bien logrados, subtramas que no tienen sentido, sí algunos dejos de humor que parecen funcionar accidentalmente y un estupendo trabajo visual, esta película hay que verla de plano en cautiverio, en casa durante un tormenta, por enfermedad o a bordo de un avión. *
Punto final.- Qué tal el tráiler de “Nuestro último tango”, película de German Kral sobre la vida y obra de la legendaria pareja de baile María Nieves y Juan Carlos Copes.