El volumen de mensajería es excesivo en las oficinas de Correos de México, cuyos pasillos lucen llenos de paquetes que obstruyen el paso, también los estantes rebosan de cartas de todos los tamaños, sin duda el desorden administrativo es evidente en el edificio federal donde los más afectados son los usuarios
La correspondencia en ocasiones no llega y los recibos de cobro aparecen vencidos en los buzones de los bajacalifornianos, esto porque la gerencia del Servicio Postal Mexicano (Sepomex) enfrenta serios problemas administrativos que le impiden mejorar las instalaciones, comprar unidades nuevas, uniformes y equipo suficiente para que los carteros puedan desempeñar su labor con dignidad y eficiencia.
“Estamos tan mal que tenemos tres meses sin poder transferir llamadas de una oficina a otra porque los teléfonos no sirven, así están las cosas y la culpa es de México”, respondió con voz despreocupada la encargada del conmutador de la gerencia en Mexicali.
En Ensenada los repartidores están a expensas de lo que el dirigente sindical, Erie Prieto León, consiga mes por mes porque los recursos económicos son limitados para los carteros que alguna vez formaron parte de la oficina de correspondencia más importante en el país.
“Pedimos que nos aguanten que no es por parte sindical, o que no funcionamos, sino que es un problema a nivel nacional, en todas las dependencias hay carencia pero el detalle es estar peleando con la autoridad para que manden lo que se necesita”, argumentó.
Sobre la inconformidad de los empleados ZETA se contactó con la gerencia en Mexicali, cuyo titular es Sergio Miguel León, quien evadió a la prensa con la justificación de que se encuentra de viaje fuera de Baja California sin que hubiera otro encargado de oficina que pueda responder las inquietudes.
Recibos vencidos
Los principales clientes de Sepomex son Teléfonos del Noroeste (Telnor) y el Banco Nacional de México (Banamex), pero los trabajadores dicen que se apenan de llevar la correspondencia con hasta 15 días de retraso a los buzones.
“Se imaginan si se van los clientes más fuertes”, mencionaron los carteros acongojados por la situación de la oficina.
En un recorrido hecho por dos de los edificios postales, el volumen de cartas, sobres y cajas de mensajería es excesivo en las oficinas de Correos de México de Ensenada, donde los pasillos lucen angostos, llenos de paquetes con la leyenda “frágil” que obstruyen el paso mientras que los estantes tienen cartas de todos los tamaños rebosando sobre los cajones.
El desorden es evidente y desde la banqueta los operadores comienzan a apilar decenas de paquetes que no caben dentro del edificio.
Por otro lado, en el mostrador, no hay disciplina pero tampoco tiempo para revisar a conciencia el contenido de las cajas que viajarán totalmente selladas en cinta adhesiva. Las filas son extensas y siempre hay usuarios inconformes porque el trabajo sobrepasa por mucho a los empleados que llegan al límite de la tolerancia.
La oficina no se da abasto a pesar de que los usuarios saben que un grado de riesgo es que la correspondencia llegue segura a su destino, pues es el servicio postal más económico del país con el beneficio de que la mercancía no tiene que pasar por el despacho de la Aduana Mexicana como sucede con el resto de las empresas de fletes, es decir, no hay vigilancia pero tampoco garantía.
El viacrucis de los carteros
Marco Antonio Tinoco es cartero por vocación con más de 16 años de experiencia. Él considera que las cosas no están funcionando bien pues ha detectado una serie de irregularidades que ponen en duda la confiabilidad que se presume en la visión de la dependencia federal.
Sin scanner que compruebe que entregó la mensajería, sin motocicleta y con casi diez kilogramos de papel a cuestas, todos los días recorre alrededor de 8 kilómetros en bicicleta en el poblado de Maneadero, adonde fue asignado hace unos meses por órdenes de su superior, Pedro Aripez Orozco. Desde ahí comenzó su martirio.
Anteriormente estaba en la oficina del ex ejido Chapultepec, donde igualmente había carencias, ya que por un mes realizó su trabajo a pie enfrentando las adversidades de un cartero que son los ataques de perros, terrenos sinuosos, las distancias largas y el mal tiempo.
“Antes sí, nos dotaban de motocicletas, pero de un tiempo a la fecha nos dicen que no hay. Es uno de los peores momentos, de los más difíciles en mi vida laboral, tengo 16 años trabajando en correo”, compartió.
Sin motivo, dijo, el 8 de marzo lo transfirieron a unos diez kilómetros al sur de Chapultepec, a la delegación de Maneadero, bajo oficio 050/2016 en el que se especifica que Marco Tinoco tiene a su cargo una motocicleta con placas nacionales A9VG1 así como un escáner llamado “minilop”. Pero en la realidad solo tiene una bicicleta para repartir los, por lo menos, 500 sobres que son la meta del día para obtener el bono mensual, porque la unidad motorizada no tiene batería ni frenos.
“Nos dicen, si quieren métanle de su dinero a las motocicletas que compremos pilas, llantas, cámaras, porque no hay”, comenta que al negarse a invertir en unidades que no son de su propiedad, vienen las represalias.
Marco Antonio llegó a la entrevista en su bicicleta con un aire taciturno, con movimientos cansados, a pesar de que apenas eran las once la mañana. Más que sentarse se dejó caer en una banca y empezó a hablar, denunció que sufre acoso laboral, por parte de su supervisor, dice sentirse vigilado en su ruta y evidenció la situación de la oficina y las malas prácticas que realizan.
A pesar de ser “basificado”, dice que el sueldo es poco y la mayoría aspira a lograr un bono quincenal, para completar su ingreso.
Un tabulador marca hasta 15 mil piezas mensuales de correo entregadas a la quincena para aspirar al bono de 3 mil quinientos, el trabajo es en ciclos de seis días de trabajo por uno de descanso, que es el domingo.
“La meta de los 15 mil sobres es difícil de lograr en las delegaciones, que es un área donde no conoces la ruta, apenas si entregamos 9 mil”, lamentó.
El rezago de correspondencia en las oficinas de correo, es “tremendo”, hay repartidores que entregan hasta 12 mil piezas, pero se turnan las motos. Comenta que a veces entrega correspondencia con más de dos semanas de retraso.
Menciona que cuando hay motivación a veces hasta le ayudas a tus compañeros a repartir para que alcancen su cuota de 9 mil y un sobre para cobrar el bono. “Lo que hago, me gusta, pero cuando hay los medios para hacerlo”, reiteró indignado.
El líder sindical se comprometió a revisar el caso de Tinoco, ya que desconocía que él trabajaba en bicicleta porque cuando fue enviado a Maneadero, se entregó una, misma que se averió y no la han reparado.
“Es imposible que anden en las parcelas en bicicleta, menos que no portes minilop, pero si ése es el caso de algunos compañeros le aseguro que lo vamos a revisar con el superior que en este caso es Pedro”, reiteró el dirigente.
En San Quintín, tantito peor
Aunque quienes lo desempeñan desconocen dónde radica la pasión, el oficio de ser cartero tradicionalmente es importante por el trato personal que implica el frecuentar cada día una ruta que con el tiempo resulta familiar.
Rodolfo Bojórquez está asignado a la sucursal en San Quintín a 250 kilómetros al sur de Ensenada, y hace un año, en el 2015, se accidentó al chocar contra un camión de la empresa agrícola Los Pinos, cuyo impacto dejó su motocicleta inservible mientras que él resultó con lesiones en espalda, riñón e hígado, que todavía no puede superar.
En el momento del incidente la aseguradora de la compañía se arregló con la administración de Sepomex, quienes de inmediato pagaron la totalidad del costo de la motocicleta, pero no fue hasta el 24 de marzo de este año cuando le dieron la unidad, pero mientras él entregaba la correspondencia a pie o en un vehículo motorizado que le prestaron en la oficina central.
“Le ponen muchas trabas a uno para que no lleguemos al bono, son muchos kilómetros lo que hay que recorrer, pero nada nos detiene, nosotros salimos a entregar para llegar a meta a fin de cumplir con el trabajo”, mencionó.
La mayoría de las ocasiones el bono viene “mocho”, pero ser cartero es lo que le apasiona, por eso continuará en la labor.
Actas administrativas
En septiembre del 2015 el órgano interno de las oficinas del Servicio Postal Mexicano en Mexicali mandó a declarar al encargado de la administración postal de la zona centro, Reynaldino Cisneros Mier, luego que éste levantara un acta administrativa al cartero Adrián Erik Fuentes Pereda, por supuestamente descomponer, al sobrecalentar, un vehículo oficial con placas AN-09692 modelo 2008.
En el documento el subordinado se defiende asegurando que la unidad estuvo más de un año sin servicio a pesar de que operó en San Quintín, pero además su jefe inmediato le ordenó “que así le diera, que así repartiera las cajas”.
Pero antes de finalizar su declaración el cartero advierte que el administrador al momento del diagnóstico del taller –el 7 de septiembre–, “el administrador me pide 15 mil pesos, no hacer el acta y es todo lo que tengo que decir”. El caso sigue abierto.
En todos lados hay crisis
Al dirigente Prieto León, lo llaman los compañeros “mi líder sindical”, en señal de aprecio, no obstante es poco lo que puede hacer por mejorar sus condiciones de trabajo.
“Estamos carentes de unidades, pero el 24 de marzo se entregó una unidad nueva en San Quintín, Vicente Guerrero y en una semana a Ensenada. Estamos consiguiendo las partes, las estamos esperando a fin de mes”, reafirmó con desesperación.
Dijo que tienen buenas prestaciones así como derechos que los mismos empleados desconocen, “son permisos oficiales que se pueden dar hasta dos veces por quincena pero muchas veces no hacemos valer estos beneficios”.
Los problemas más comunes son la falta de numeración en las viviendas, que las calles son inaccesibles, sufren asaltos; pero también han llegado repartidores con lesiones, derivado de mordeduras de perros y caídas.
A los 30 años de servicio es la jubilación, pero con las reformas de pensión y jubilación las cosas cambiaron siendo por edad el tiempo para el retiro.
Actualmente hay cuatro plazas que no se han cubierto en el municipio, pero urge el reemplazo para que los trabajadores no tengan que asumir la responsabilidad que no les corresponde.
De peso en peso
Datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que es la dependencia regulatoria del servicio postal, indica que a diario se entregan tres millones de piezas postales, las estampillas tienen un costo de entre 7 y 64 pesos, aunque con empresas privadas tienen contratos anuales.
Hay clientes que envían hasta 30 cajas por mes, por eso es que un usuario llega a saturar el envío de paquetería convencional, por lo que los demás usuarios que requieren hacer envíos deben usar Mexpost, que es servicio más costoso y a la mayoría de los ciudadanos no les alcanza.
Aunque algunos trabajan a pie, la SCT menciona que hay en operación 10 mil carteros que se trasladan en 11 mil 500 vehículos, es decir, hay mil 500 unidades adicionales. No se mencionó cuántas mantienen fuera de servicio.
Los trabajadores postales recorren diariamente 3 millones 700 mil kilómetros, lo que representaría darle la vuelta al mundo tres veces al día. Tiene mil 410 oficinas postales, mil de ellas con conectividad.
Moviliza diariamente 128 toneladas de correspondencia, mensajería y paquetería. Correos de México reafirma su compromiso de ser un medio de comunicación seguro y confiable, facilitador de la actividad económica, factor de inclusión y garante de las comunicaciones en México.
- Parque vehicular en Ensenada –funcionando–, 16 motocicletas y 8 bicicletas
- Empleados, 60 de base, 27 carteros
- Servicio, 92 % de la población