La soberanía reside y está sustentada en el pueblo. Es por ello que éste tiene el poder para elegir a sus candidatos ciudadanos para que lo representen y cuiden y velen por sus intereses, asimismo, el poder para revocarlos de su cargo si no cumplen con los compromisos adquiridos durante campaña o, como decía mi abuelo, si no dan el ancho. Y déjenme decirles algo, queridos lectores, no nada más a un candidato ciudadano, sino también a cualquiera de un partido político. Como dice el dicho: “La unión hace la fuerza”, o: “El pueblo unido jamás será vencido”. Y en efecto qué ha pasado. Aquí nunca se han unido como lo hacen en el interior de la república para revocar del cargo a un representante que no desempeñe su trabajo tal cual debe ser. Nuestras leyes y nuestra democracia son muy claras.
Vamos a adentrarnos un poco con el tema que está de moda, las candidaturas ciudadanas, siempre ha existido y estado, pero nunca el pueblo tuvo el valor y el empuje para intentarlo porque, como decían los griegos, la democracia es el verdadero gobierno del pueblo, pero, aguas, ¿eh? Éste tiene que ser muy listo y evaluar a cada ciudadano que pida el apoyo, pues se presentarán muchos vividores y oportunistas aprovechándose de esta situación democrática. El pueblo tiene que evaluar a quién le da su apoyo: que si ha desarrollado trabajo comunitario, ha contribuido y ayudado a las familias más necesitadas de este distrito; que sepa plenamente las necesidades de las familias y esté identificado por ellas mismas; no nada más al primero que llegue, error. Y muy grande, que si llega el paletero, o el taquero no querido, ciudadanos aparte, no nada más por su pasión, hay que evaluar si tiene la capacidad y destreza para representarnos y qué propuestas trae en manos para beneficio del pueblo.
Lo que más me llama la atención: La avaricia y la ambición fueron tan grandes, de estos recién ciudadanos, que desde un principio no tuvieron la capacidad y la destreza de elegir un representante, se dividieron y se fueron cada quien por su lado.
Bueno, esperemos qué sucede, si el pueblo vuelve a mostrar el músculo, como lo hizo en estas pasadas elecciones. Dios los bendiga a todos. Hasta la próxima.
Atentamente.
Daniel Villagómez Reveles