Tras meses que se mantuvo en la expectativa de abrir sus puertas, el martes 8 de marzo abrió sus puertas al público en general el Museo de la Ballena en la ciudad de La Paz, ahora en su nueva ubicación, en plena Zona Dorada del Malecón; antes se localizaba a un costado del Teatro de la Ciudad, con una infraestructura y espacio limitados.
En un breve recorrido que hiciera ZETA previo a su apertura, Francisco Javier Gómez, director del recinto comentó que es “un proyecto muy ambicioso que busca que los niños, jóvenes y adultos puedan conocer de cerca las especies marinas, la mayoría son de Baja California Sur”.
Esta primera etapa, que se estima en apenas un 30 por ciento del museo, se dedica a la evolución de los cetáceos y su anatomía, aunque el recorrido es aún mayor.
De igual manera, se busca que más especies sean recopiladas y exhibidas para el público local, sobre todo para el turista nacional y extranjero, ya que también fungirá como una atracción de los visitantes que acuden a la zona del Malecón de La Paz.
En uno de los puntos en el museo, se pueden observar esqueletos de orcas, algunas de éstas pigmeas, que cabe destacar, son las únicas muestras expuestas en un museo en todo México, lo que le da un plus, sobre todo porque estos esqueletos han sido recuperados de mamíferos marinos varados en los mares de Baja California Sur.
Gómez recordó que ante el trabajo que se había participado en rescates, “desde hace muchísimos años ya el Museo de la Ballena inició un programa de colectas de esqueletos, aprovechamos para mencionar que esto no se hace de manera arbitraria, es un mensaje para la ciudadanía en general, para poder hacer colectas de organismos que se encuentran protegidos por la Ley, se necesita un permiso de la dependencia de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), y ya cumpliendo con ese primer requisito, estos esqueletos han sido colectados de todas las aguas desde Guerrero Negro en Mulegé, hasta casi llegando a Loreto; en algunas zonas de los que tenemos mayor cantidad, son de cetáceos que se varan en la bahía de La Paz”, en este caso, el sinnúmero de varamientos de diversas especies de delfín.
En una segunda sección se encuentran manatís, lobos marinos, focas, tiburones, área de biblioteca y laboratorio, donde se realizan diversas investigaciones, y está abierto para los visitantes para que vean el trabajo que se hace.
Según explicó el encargado del museo, existen alrededor de 39 especies de cetáceos en aguas nacionales, de las cuales 30 especies se localizan en aguas que circundan en la Península de Baja California, algunos de ellos como ballena azul, de aleta, jorobada, gris, orca, entre otros.
En exhibición se pueden observar ballenas, odontocetos como cachalotes y gran cantidad de delfines, marsopas como la común y la vaquita marina, uno de los especímenes enlistados entre los 129 en peligro crítico de extinción, según se estima una población de 100 ejemplares (estudio realizado en 2014); y precisamente se tiene una en el museo, siendo una colaboración de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
“Dentro de los objetos que se exhiben dentro del museo tenemos un ejemplar de una vaquita marina que es una colaboración de la UABCS y que está bajo resguardo del doctor Jorge Urbán, es sumamente importante y queremos que lo conozcan así como la cerecita del gran pastel”, celebró Gómez.
También existe un área donde se localizan las cinco especies de tortugas marinas que se ubican en Baja California Sur, tales como la tortuga carey, amarilla, prieta, golfina y la laúd, esta última en peligro de extinción; es precisamente la tortuga marina más grande del mundo, y ZETA ha tenido ya acercamiento con un espécimen vivo de más de 600 kilogramos y alrededor de dos metros de largo.
Las especies exhibidas corresponden a la biodiversidad que existe en la entidad, algunas consideradas como endémicas en el Alto Golfo de California.