“La Cruzada Nacional Contra el Hambre tiene faltas desde su inicio. Debido a la falta de una metodología para identificar a las personas en pobreza extrema con carencia alimentaria a la cual tiene por mandato beneficiar, en los estados que la concentran se cubre menos del 40 por ciento, mientras que entidades con pocos pobres alimentarios llegan a tener una cobertura superior al 250 por ciento. A pesar de que en México hay 7 millones de personas que llevan sus días sin nada que comer…”.
Así inicia el reportaje titulado, originalmente, “El (Falso) éxito de la cruzada nacional contra el hambre”, y que durante una investigación y análisis de datos de seis meses, elaboró el equipo de DataLab de Milenio, donde destaca Karen Cota en colaboración con seis personas más.
Otro entre muchos datos aportados en el reportaje, fue que según el Programa de Apoyo Alimentario benefician a 4.17 millones de personas, pero los datos del propio padrón daban cuenta que solo llegaban a 1.15 millones de personas.
La información y el cruce de datos del extenso reportaje, que por cierto Usted puede encontrar aún en la página de Milenio, fue obtenida luego del análisis y el procesamiento de “300 mil bases independientes oficiales y públicas de beneficios de la estrategia social a nivel localidad”.
El reportaje fue publicado el lunes 7 de marzo. Esa noche, Karen Cota –Usted la recordará por su paso por las televisoras Televisa y Azteca, ambas en sus filiales de Tijuana- se comunicó con varios periodistas. Su aproximación tuvo dos intensiones claras. Primero, mostrarse orgullosa de su labor que después de meses de análisis de información y cruce de datos, finalmente se veía en un reportaje que sería liberado ese día por la noche. Nos invitaba a verlo, leerlo, analizarlo. Segundo, que si estábamos de acuerdo con el contenido, considerábamos que la pieza periodística valía la pena, la compartiéramos en redes sociales para que la información llegara a más lectores en este país.
Algunos así lo hicimos. Recuerdo a Cota cuando, cansada de la limitación que imponían a su desarrollo periodístico en las televisoras locales, llegó a las oficinas de ZETA en busca de aliento y espacio. Sus planes cambiarían. Una oportunidad de continuar sus estudios en la Ciudad de México la llevó al centro de la República y en una de esas encontró espacio en Grupo Milenio. Debía iniciar un departamento de recopilación y análisis de datos. De los primeros trabajos que realizaron fue el análisis de datos el día de la elección intermedia en 2012 para renovar la Cámara de Diputados. Con la recopilación de resultados en cada uno de los Estados de la República, ilustraron al lector sobre la próxima conformación de esa parte del Poder Legislativo.
Del reportaje que junto a seis personas más elaboró sobre la fallida Cruzada contra el Hambre, a Karen le preocupaba que evidenciaría uno de los programas clave en el gobierno de Enrique Peña Nieto y que ello pudiera traer repercusiones.
No tardó mucho tiempo en darse cuenta que así sería. Al día siguiente, la secretaria de la Reforma Agraria, Rosario Robles Berlanga, que antes había titulado la Secretaría de Desarrollo Social, y que dio inicio a la Cruzada Nacional contra el Hambre, llegó personalmente a las oficinas de Milenio para entrevistarse con el director, Carlos Marín.
Ellos dos en la oficina de Marín, colaboradores de ella en una sala adjunta con Karen Cota y otro compañero de DataLab, confrontaban los datos oficiales contra los oficiales tomados por los periodistas para la elaboración del reportaje. A pesar de las pruebas de los periodistas y el análisis de la información, no los convencieron de lo contrario. Robles ya había hecho su trabajo de persuasión con Carlos Marín.
A la reportera Cota, el director de Milenio le dijo primero que publicarían un desmentido y después que sería una réplica. Así lo hicieron aunque la línea editorial del diario se decantó por festinar un éxito en el programa federal, que un día antes había justificado, no se daba. Además, eliminaron el reportaje que se encontraba a disposición en la página electrónica, y posteriormente lo descargaron de nuevo, pero cambiando la cabeza. Eliminaron el “Falso” para “informar”, “El éxito de la cruzada nacional contra el hambre”.
Este ambiente de censura gubernamental, de complicidad y complacencia del medio para el Gobierno Federal, llevaron a Karen Cota a renunciar a su puesto en DataLab. Lo hizo por congruencia y en defensa de su libertad de expresión, la cual se vio atropellada. Señaló directo sobre su salida: “… porque quien debió defender nuestro trabajo, no lo hizo. Esperó que aceptáramos trabajar bajo condiciones de censura y nula libertad de expresión. Fue Carlos Marín, quien prefirió creerle a Robles Berlanga, que a los reporteros que le estaban dando una revelación periodística importante y necesaria para la reconstrucción de la credibilidad de los que ahí trabajan, incluida la suya”.
Hay más. Néstor Ojeda era subdirector editorial y conductor de Milenio Televisión. Además, parte del departamento de DataLab, y también por azares del destino, es esposo de Karen Cota. El 16 de marzo lo despidieron. Le argumentaron que después de la renuncia de su mujer, y de la “dura” carta que ella hizo pública sobre su dimisión al equipo editorial, no podían trabajar con él y lo corrieron. Es la segunda baja que provoca la publicación de un reportaje y la visita de una secretaria de Estado, como lo es Rosario Robles Berlanga.
Un caso más de la censura gubernamental que en éste, el sexenio de Enrique Peña Nieto, se vive, se respira y se atestigua. Además, claro, de confirmarse la complacencia de medios hacia la Presidencia de la República, con lo cual México retrocede al periodismo oficialista que en sexenio recientes, algunos creían que se había superado.