La auténtica democracia no es quejarme del Gobierno, es construir junto con el Gobierno la estructura social, con la exigencia de que cumplan lo prometido. No es ser cómplice de intereses mezquinos. La democracia no es solo elegir a quienes gobiernen y legislen, para que la paz y progreso sean verdaderos en medio del pueblo y para el pueblo, se deberá exigir el respeto para todos.
¿Por qué los políticos nos han perdido el respeto a los ciudadanos cuando somos los que los elegimos y mantenemos?
En la democracia no todos ganan ni todos pierden. No se trata de ganar o perder, se trata de construir un ambiente de desarrollo para todos. No es atender solo a la mayoría ni tampoco a la minoría, ni lo más deleznable: atender a los compañeros de partido y familiares para realizar negocios corruptos.
“La derecha en México no tiene proyecto de nación. El único proyecto que tienen es hacer negocios con compañeros de partido y con familiares” (Octavio Paz).
En el ejercicio democrático nos comprometimos por conocer y proponer como ciudadanos no solo el día de votaciones, eso es apenas el inicio para exigir verdades y emitir juicios.
La democracia es esencial para crear y generar la paz y el progreso. En el 2009 el entonces Diputado panista Casillas mandó construir un edificio colindante con nuestro negocio y casa. Su prepotencia y abuso de poder se manifestó en contra nuestra, protegido por Pablo Alejo López N., y por su socio Guadalupe Osuna Millán.
“Cuando la ley se tuerce entonces se rompe”. Construir edificios y calles es normal para el Gobierno.
Lo importante es ver por todos y trabajar por todos, es respeto en el hablar y escuchar para construir una ciudad para todos.
Rubén Hernández Soto
Ensenada, B. C.