Uno de cada tres partos que se registran en el sector salud de Baja California corresponde a jóvenes de entre 15 y 19 años, estadística que se ha mantenido en los últimos cinco años. En la Jurisdicción de Salud Número 2 (Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito), la cifra asciende a 2 mil 816 alumbramientos en adolescentes en el 2015.
Según Ledly López Sánchez, responsable del Programa de Salud Sexual y Reproductiva en Adolescentes, los jóvenes tienen conocimiento de los métodos anticonceptivos, pero no los emplean debido a que “no piensan en las consecuencias” de sus actos. Aparte, justifica, la falta de comunicación dentro de la familia.
La psicóloga recalca la importancia de infundir en los menores la cultura de la planificación, que motive –entre otras cosas– el ejercicio responsable de su sexualidad. La edad promedio en el Estado para el inicio de la actividad sexual es de 15 años.
López señaló que “el estigma alrededor del tema provoca rechazos y regaños”, e impide que las jóvenes informen a sus familias de su embarazo hasta que éste resulta evidente, lo que inhibe que se sometan a un control prenatal con especialistas, poniendo en riesgo su salud y la de los bebés.
La Secretaría de Salud de Baja California ha capacitado a 15 mil estudiantes de secundaria y preparatoria con talleres y pláticas relacionadas con la prevención del embarazo, enfermedades que se transmiten vía sexual y la violencia al interior del noviazgo.
López Sánchez recomendó a padres de familia abrir canales de comunicación con sus hijos acerca de sexualidad, y evitar busquen el apoyo de conocidos –comúnmente de su misma edad–, que también están desinformados sobre del asunto.
Debido a que el aborto es ilegal en Baja California, es frecuente que las jóvenes utilicen métodos alternativos para ello –como la introducción de instrumentos a su útero o la ingesta de diversas sustancias para eliminar al producto–, hecho que puede llegar a dañar gravemente su organismo.
Las principales enfermedades de transmisión sexual que se registran en la entidad por la falta de protección son clamidia, sífilis y gonorrea, en su mayoría provocadas por bacterias que se contagian debido al no uso del condón.
Organizaciones civiles como la Asociación de Protección Al Embarazo, que preside la ginecoobstetra, Alma Zazueta, alertan a la sociedad sobre el bajo índice en el uso de preservativos. Según un análisis realizado por el Centro Ambulatorio de Prevención y Atención de SIDA e ITS (CAPACITS) en poco más de 200 parejas de Tijuana, el uso irregular –o la ausencia– del condón ocupaba casi el 60% de los casos. Aseguró que una de las necesidades es el fortalecimiento de la medicina preventiva –a través de programas efectivos de acercamiento a las comunidades que se encuentran en mayor riesgo.
La alta incidencia ha provocado que el fenómeno adquiera dimensiones sociales, ya que la paternidad precoz obliga a los adolescentes a buscar un trabajo que les permita solventar los nuevos gastos, frecuentemente los empleos son mal pagados y retrasan de forma grave su desarrollo personal, lo que influye negativamente en el bienestar de los niños que nacen bajo esas condiciones.