De no hacer un recorte al gasto público sobre todo en Pemex, se tendrían consecuencias lamentables porque se deberá apretar más la política monetaria, alertó el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
“De lo contrario el proceso de ajuste sería mucho más largo y doloroso, donde sin duda nosotros tendríamos que aumentar mucho las tasas de interés; yo creo que ahorita que está iniciando el año es un buen momento para que realmente se refleje en el gasto público la nueva realidad de un precio 70 por ciento más bajo de lo presupuestado” diría en una ponencia que dictó en la Universidad Iberoamericana.
Dijo que un factor que afecta los precios de los bienes no comerciables es el gasto público, y por ello es importante que se deprecie el tipo de cambio real.
Si el gasto público, abundó, se ajusta conforme a lo que corresponda, dado los ingresos que se esperan obtener, pues se haría más eficiente el choque tan brutal que se recibe por la caída del petróleo y parte de eso lamentablemente tiene que ser en Pemex.
Agregó que si bien se está frente a un choque externo se tiene que acomodar a través del ajuste al gasto público, lo que sería ideal.