La noche del 11 de febrero, el jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz, y hombre clave de Ismael “El Mayo” Zambada en Baja California Sur, Luis Antonio Montoya Beltrán burló un fuerte operativo federal y militar
Cuando el narcomenudista Luis Antonio Montoya Beltrán “El Artista”, “Don Carlos” o “El Montoya”, iba a ser capturado por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Ejército Mexicano, la noche del 11 de febrero, huyó por la parte trasera de la casa de seguridad, localizada en la calle de Manuel Márquez de León entre Marcelo Rubio Ruiz y Primo Verdad en la colonia centro de la capital de Baja California Sur.
El jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz, y principal célula criminal del capo Ismael “El Mayo” Zambada, según un efectivo que participó en el operativo había sido identificado y ubicado en ese domicilio particular.
La Unidad de Inteligencia de las fuerzas federales y militares, tras una denuncia anónima, durante algunos días, montaron un discreto operativo de vigilancia, y observaron un fuerte movimiento de entrada y salida de automóviles y camionetas.
La casa de color café completamente bardeada en la parte frontal, con una pequeña puerta en el acceso principal, y un portón en la cochera, de acuerdo a la versión de un elemento federal, era la guarida de “El Montoya”.
Los testigos –según el efectivo federal– lo confirmaron con un expediente del jefe criminal, donde venía su media filiación, rasgos físicos y set fotográfico, por eso planearon y ejecutaron el operativo que llevaría a su detención y consignación.
Sin embargo, y en medio del operativo, el jefe de la plaza del narcomenudeo y sucesor de Rolando González Moreno “El Compadrón”, logró escabullirse, bajo el amparo de la noche.
Durante la operación táctica –y según los vecinos– los efectivos llegaron y tocaron la puerta principal de acceso, solicitando permiso para ingresar y hacer una revisión, bajo la justificación de que una denuncia anónima había reportado actividades ilícitas dentro de la casa, y constantes fiestas con música de banda y narcocorridos.
Tras notar la presencia de federales y militares, de acuerdo a los propios vecinos, los delincuentes salieron huyendo por la parte trasera de la vivienda, subiendo por la barda y brincando a los patios de las casas contiguas.
Posteriormente, volvieron a subir la barda, y escalaron el techo, y brincaron hacia el patio frontal de las viviendas y salir por la calle trasera de nombre Miguel L. de Legaspy, y desaparecer en medio de la noche.
Dentro de la vivienda, los efectivos de la PGR y de la Secretaría de la Defensa Nacional, únicamente pudieron capturar a dos. Son los siguientes:
1.- Ramón Castro Soto o Ramón Antonio Castro Soto “El Perro”.
2.- Gabriel Cota Flores.
Aunque los vecinos hablan de cuando menos tres fugitivos durante el operativo, y quienes habrían saltado por las viviendas aledañas, oficialmente, y según un efectivo de las fuerzas armadas, esa noche –alrededor de las 7 y media– únicamente había escapado el narcomenudista Luis Antonio Montoya Beltrán “El Montoya”.
Fallido operativo
La versión de algunos de los efectivos que participación en la operación táctica –según datos entregados a ZETA– es que ese día, “cuando llegaron a la vivienda rentada, acordonando la parte frontal sobre la avenida Márquez de León, y las esquinas que dan a las calles de Marcelo Rubio Ruiz y Primo Verdad”.
Lo hicieron –de acuerdo a uno de los efectivos– después de que ingresó la unidad automotriz, donde se supone que viajaba el jefe de la plaza del narcomenudeo de La Paz.
Confiados, y según su propia versión, los efectivos no sellaron la calle trasera a la vivienda, es decir, la Miguel L. de Legaspy, porque se supone entrarían rápido y capturarían a su principal objetivo: Luis Antonio Montoya Beltrán “El Artista” o “Don Carlos”.
Cuando ingresaron por la puerta principal de acceso, los efectivos federales y militares avanzaron, comenzaron a caminar por un pasillo dentro de la vivienda de color blanco y arcos de rojo, y rápidamente se esparcieron por el patio de cemento.
Los efectivos tenían físicamente ubicado a su objetivo, pero nunca apareció, cuando lograron someter a dos de los ocupantes de la casa. Los elementos federales y militares, preguntaron por el jefe criminal, y no hubo respuesta por parte de los detenidos, y los cuales tenía en su poder un arma, dinero y droga.
Entonces, y según uno de los participantes en el operativo, un soldado caminó hacia la parte trasera y observó huellas de calzado sobre el cofre de algunos carros aparentemente abandonados.
Los revisó y siguió las huellas que llegaron hacia la pared, después subió y se asomó y observó en la casa de atrás ramas quebradas y aplastadas y una gorra tirada en el piso.
El militar regresó y avisó y fue entonces que federales y soldados corrieron a la parte de atrás y acordonaron, inclusive –según el efectivo–, inició un operativo de búsqueda del fugitivo en las casas y cuadras aledañas.
Uno de los participantes reveló que “cuando nos dimos cuenta que El Montoya había huido por atrás, hablamos con los vecinos y algunos nos dejaron pasar y otros no abrieron las puertas, por lo que no quisimos usar la fuerza, y nos retiramos, pensando en que podría estar escondido en algún lugar cercano”.
Después de más de dos horas de búsqueda, “Don Carlos” o “El Artista”, nunca apareció, aunque al día siguiente la versión de su supuesta captura corrió como reguero de pólvora, la cual fue negada tras confirmar la identidad de los únicos dos detenidos en el programa de Plataforma México.
La última guarida del jefe criminal está localizada frente a la Escuela Normal Urbana de La Paz, y a escasos 100 metros del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN), y donde –casi una semana después, y durante una conferencia de prensa para presentar la Agenda Legislativa del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones– el diputado y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Marco Antonio Puppo Armendáriz, se jactó de estar muy contento porque “desde que llegó la actual administración estatal ha mejorado la seguridad, sobre todo en los crímenes de alto impacto y balaceras que prácticamente han desaparecido”.
El jefe criminal
En el último mapa delictivo elaborado por autoridades federales y militares, Luis Antonio Montoya Beltrán, figura como jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz y sucesor de Rolando González Moreno “El Compadrón”.
El jefe criminal es el cabecilla más visible de la organización delictiva de “Los Mayitos”, y uno de los presuntos responsables de la triple ejecución la noche del 31 de julio de 2014 en la carretera de La Paz a Los Planes, y donde fuera asesinado Esteban Espinoza Velázquez “El Pantera”, ex escolta del capo Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, del Cártel de Sinaloa.
El triple homicidio de las células criminales de “Los Dámaso” –según las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE)– fue el detonante de la guerra entre narcomenudistas en La Paz, y la cual duró del 31 de julio de 2014 al 28 de septiembre de 2015, dejando un saldo de aproximadamente 200 muertos.
El jefe criminal –según las investigaciones de las fuerzas federales y estatales– tiene el control del narcomenudeo y su zona de influencia en todo el municipio de La Paz, Cabo San Lucas, Ciudad Insurgentes y Adolfo López Mateos.
El delincuente –de acuerdo a los reportes de inteligencia– últimamente prendió tomar el control de Loreto y Mulegé, haciendo alianza con grupos criminales locales y tratar de obtener un control total del estado.
La noche de la fallida captura, y dentro de su guarida, la PGR y el Ejército Mexicano, encontraron un lote de cuando menos 7 vehículos supuestamente relacionados en la ola de crímenes de narcomenudistas en la última etapa de la guerra de narcos en La Paz, y los cuales están siendo investigados para saber si cuentan o no con reporte de robo. Son los siguientes:
1.- Una camioneta tipo vagoneta, color gris, línea CR-V, marca Honda, modelo 2001 y con placas de circulación 400-PMM-3
2.- Una camioneta tipo vagoneta, color gris y franjas negras, línea Mountaineer y marca Ford, modelo 1998 y con placas 298-PMM-5.
3.- Una camioneta tipo pick up, color negra, línea Dakota, marca Dodge, modelo 2008 y placas CE-92-365.
4.- Una camioneta tipo vagoneta, color negra, línea Grand Cherokee, marca Jeep, modelo 2003 y sin placas de circulación.
5.- Un automóvil, color blanco, línea Tsuru, marca Nissan y sin placas de circulación.
6.- Una camioneta tipo Suburban, color roja, marca Chevrolet, modelo 1993 y sin placas de circulación.
7.- Un automóvil, color blanco, línea Mustang, marca Ford, y sin placas de circulación.
Van por “El Lalo”
Paralelamente, y por otro lado, tras la ejecución de la principal célula criminal del Cártel de los Arellano Félix en Baja California Sur, Martín Anaya Gorosave “El Talibán”, la PGR y la PGJE, iniciaron un operativo de búsqueda y localización del jefe de la plaza del narcomenudeo en Mulegé, Eduardo Villavicencio Arce “El Lalo” o “El Lalito”.
La célula criminal de la organización “Gente Nueva”, es señalado –según las primeras investigaciones– como uno de los presuntos responsables del triple crimen, ocurrido la madrugada del primero de febrero en el poblado del Valle del Vizcaíno, lo que vino a prender los focos rojos sobre una nueva guerra entre células delictivas del Cártel de Sinaloa y los Arellano Félix.
En los primeros operativos fueron capturados 6 integrantes del grupo delictivo de “El Lalo” o “El Lalito”. Son los siguientes:
1.- Juan Manuel Higuera Valdés “El Juanillo”, de 21 años, originario de Guasave, Sinaloa, y el cual tenía en su poder 6 envoltorios de cristal y 3 de mariguana, cuando circulaba en la calle de López Cotilla esquina Ricardo Flores Magón en el poblado del Valle del Vizcaíno.
2.- Juan José Aguilar López “El Ñeca”, de 24 años, originario de San Ignacio, Baja California Sur, y Joel Cruz Cruz “El Oaxaco”, de 22 años, originario de Oaxaca, y quienes tenían en su poder 88 dosis de cristal y 3 de mariguana, cuando se desplazaban en las calles de Valentín Gómez Farías y Leona Vicario en el Valle del Vizcaíno.
3.- Alberto Rosales López “El Beto”, de 30 años, originario de Tepic, Nayarit, y el cual portaba 130 dosis de cristal, cuando estaba en el callejón Agustín Arreola en la colonia Solidaridad en Guerrero Negro.
4.- Ignacio Sánchez Encines, de 31 años, originario de Angostura, Sinaloa, y José Ignacio Arce Arce “Don Nacho”, de 55 años, originario de Mulegé, y quienes tenían en su poder 280 dosis de cristal, cuando circulaban sobre la calle de Leopoldo Ramos entre José Antonio Mijares y Juan Domínguez en la colonia Solidaridad en Guerrero Negro.
Cabe destacar que “Don Nacho” –y según su ficha criminal– es familiar del jefe de la plaza del narcomenudeo en Mulegé, Eduardo Villavicencio Arce “El Lalo” o “El Lalito”.