Las mesas no fueron impedimento para que el público bailara al ritmo de “Twist and Shout” durante el homenaje que el grupo californiano Abbey Road rindió a los Beatles el sábado 13 de febrero en el Grand Hotel Tijuana. Decenas de asistentes se sumaron al baile, en un espacio donde no había pista. Sólo el escenario, en el que se desempeñaban los músicos, vestidos como si fueran el propio cuarteto de Liverpool, y al pie del estrado, la sección de mesas, que fue el distintivo este año, toda vez que en 2015 la sede correspondiente (para la actuación de la banda, que suele venir anualmente), fue el Teatro Zaragoza.
En esta ocasión el número de concurrentes se redujo a poco menos de la mitad, dadas las dimensiones del área donde tuvo lugar el concierto. El promotor de Abbey Road a nivel nacional, David Gutiérrez Inzunza, explicó a ZETA que por las condiciones del espacio (con capacidad para 550 personas) no pudo presentarse, en mano a mano con Abbey Road, el grupo-homenaje a The Rolling Stones “Jumping Jack Flash”, tal como el año pasado; lo cual daría lugar a organizar un evento propiamente masivo. De cualquier manera, adelantó, se tienen previstas fechas con las dos bandas, para este año, en distintas sedes estatales.
El sábado 13, la presentación se distinguió por la acústica del espacio, donde se apreciaba una ecualización convincente a cargo del equipo de sonido; incluso un desperfecto en una bocina, que sobrevino mientras transcurría el recital, fue reparado a la brevedad.
“Sing along, help us out!”, alentó un entusiasta Paul McCartney a la audiencia para “ayudarlos a cantar” el tema “When I’m Sixty Four”.
El repertorio se caracterizó no sólo por temas de índole pop o psicodélica, también constó de balada rocanrolera, con la pieza temprana “This Boy”, y de rock and roll puro, a juzgar por la ejecución de “Roll Over Beethoven”, cuya autoría corresponde a Chuck Berry.
La actuación de Abbey Road fue fiel al espíritu de los Beatles. Los cuatro intérpretes se distinguieron por su nivel de desempeño. Nada de arreglos mediocres ni voces desafinadas. La interpretación de las canciones fue cabal; “Back in the U.S.S.R.” y “Come Together”, entre muchas otras fueron reproducidas a detalle.
La banda tributo tocó más de cuarenta piezas de los Beatles, por espacio superior a dos horas. Una vez llevada a cabo la presentación, los músicos posaron para la foto con numerosos admiradores. Ahí estaba un Lennon de lentes, el doble de McCartney con saco, Ringo con la misma mirada que el original y el bigote postizo desajustado; el símil de Harrison con copa en mano y actitud desenfadada. A pregunta expresa de ZETA, sobre cómo calificaban la música de los Beatles, los dobles californianos de la agrupación británica, coincidieron en responder que como “divina”.