Gracias al Papa Francisco
quienes sufren el exceso
de lo que pasa en el mundo
por sobre el frágil humano,
reciben como consuelo
un merecido consejo.
Aunque un mensaje no cura
por lo menos lo suaviza,
eso ya es una ventaja,
pero el dolor no se calma,
para calmar la dolencia
se debe conseguir la cura.
Si el dolor te daña el alma
en comunidad busca la cura;
pero si daña tu cuerpo
trabajen de común acuerdo
y cultiven el remedio,
el trabajo les dará la vida.
Si no hay un patrón consciente
que bien le pague a su gente,
únanse y pidan ayuda
a la autoridad cercana,
el Papa le dijo al fuerte:
el pobre ayuda merece.
Si ustedes le dan trabajo
y les conceden buen sueldo,
ellos no se irán de casa
y ustedes doblarán cosecha,
crecerán con su familia,
con un patrón bien querido.
Ésa fue la sugerencia
que dejó el papa Francisco,
recomendando al obrero
que bien gaste su ganancia,
al ladrón le dio un regaño,
pero eso no causa herida.
La visita del Papa Francisco
para muchos fue un consuelo,
porque remarcó el camino
de quienes fueron defensa
del indígena en su tierra,
quiso recordar la historia.
Para los que son contrarios
de un pueblo guadalupano,
es que no fueron testigos
del renacer de los indios
para forjar su gobierno,
también del alma su reino.
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B. C.
