El prestigioso semanario británico The Economist publicó un análisis en el que indica que para afianzar el Estado de derecho, el presidente Enrique Peña Nieto debe logar que los “políticos corruptos” y los “pistoleros mafiosos” rindan cuentas en México.
La publicación destaca en especial la situación de violencia ocurrida en Acapulco, Guerrero, donde los recorridos de soldados en las playas “no inspiran confianza a los turistas”.
“El derramamiento de sangre en la playa no cuenta toda la historia sobre el crimen en México. Muchas partes del país son más pacíficas de lo que eran, sobre todo en las zonas donde las guerras entre bandas de narcotraficantes han terminado con victoria para uno de los lados. En Acapulco, en el sur del estado de Guerrero, la lucha por el control del comercio de la heroína, a partir de las amapolas cultivadas localmente, está haciendo furor. Algunos tipos de delitos, incluyendo secuestro y la extorsión, parecen estar disminuyendo”, indica el artículo de la revista británica.
Un amplio análisis de la revista británica dice que varios atropellos recientes han acumulado la presión para un cambio de estrategia en materia de seguridad, y detalla que en lo que va de este año cuatro periodistas han sido asesinados, uno más que en todo 2015.
Destaca el caso de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo, murió apenas un día después de asumir su cargo, y 49 reclusos de la prisión de Topo Chico en Nuevo León murieron en un motín en días pasados.
“En el estado de Veracruz, cinco personas desaparecieron [en Tierra Blanca] después de ser detenidas por la policía estatal, un horrible eco de la desaparición, en septiembre de 2014, de 43 estudiantes en Iguala, cerca de Acapulco”, cita.
The Economist asegura que las políticas “no son la cura para todo, como el gobierno suele pensar”, y precisa que las fuerzas policiales estatales no han demostrado ser menos corruptas o más efectivas que las municipales.
“Funcionarios incompetentes sirven en ambos niveles”, subrayó el semanario.
De acuerdo con la revista británica, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha demostrado que puede atrapar a los capos, pero “tiene que demostrar que puede procesarlos y mantenerlos en la cárcel”, además de desmantelar sus organizaciones.
Para que los mexicanos tengan confianza en que sus líderes son serios en el combate a la corrupción, los políticos tendrán que vigilarse a sí mismos.
The Economist señala que la propuesta de un “sistema anticorrupción” formado por agencias independientes se está abriendo camino en el Congreso e incluso el propio Peña Nieto “ha sido avergonzado por acusaciones de conflicto de interés relacionadas con el financiamiento de la casa de su esposa”.
“Para que los mexicanos tomen en serio a las acciones contra la corrupción de sus líderes, los políticos tendrán que vigilarse mejor a sí mismos”, indica la revista.
El reportaje también resalta el aumento de la violencia en México, y detalla que de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el homicidio doloso a nivel nacional repuntó en enero pasado al registrar 50 asesinatos diarios en enero de 2016, cuatro más que los 46 contabilizados por día en el primer mes de 2015.
Por entidad, el Estado de México y Guerrero se situaron a la cabeza de las cifras de homicidio doloso. En el primer estado se reportaron 192 casos y en el segundo 166. El año pasado el Estado de México reportó 2 mil 303 casos, y Guerrero 2 mil 16.
“Pero después de tres años de un descenso en la tasa de homicidios a nivel nacional, en 2015 aumentó y ha seguido creciendo este año. El número de homicidios en enero fue 11% mayor que en el mismo mes del año pasado. Esto no pronostica un retorno a la terrible violencia de 2010-2012; casi el 40 por ciento del aumento reciente se explica porque Guerrero está infestado de pandillas”, agregó The Economist.
“[La violencia] aumenta en gran medida la presión sobre el presidente Enrique Peña Nieto, quien se comprometió a ‘acelerar el paso’ en la seguridad para la segunda mitad de su mandato, que se extiende hasta 2018. Existe un sorprendente 99 por ciento de los delitos sin castigar, un nivel de impunidad que fomenta la delincuencia de todo tipo. México quedó en el lugar 58 de los 59 países del índice de impunidad mundial publicado recientemente por la Universidad de las Américas en Puebla”.