José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Desarrollo Social, se convirtió en el tercer funcionario del gabinete de Enrique Peña Nieto en visitar Baja California en un periodo de un mes.
El 8 de febrero, el ex secretario de Relaciones Exteriores encabezó un evento en la explanada del museo “El Trompo” de Tijuana para entregar tarjetas de los programas Sin Hambre y Liconsa, así como certificados de estancias infantiles.
También acudieron mujeres de la Policía Municipal para recibir su pre registro en el Seguro de Vida para Jefas de Familia, mismo que contempla que en caso de muerte, se entreguen a sus hijos –no mayores de 23 años y que cursen estudios, un máximo de 2 mil 40 pesos bimestrales.
Para ello, tres horas antes del arribo del funcionario federal, empleados de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) en Baja California, recibieron y acomodaron en sillas a cientos de mujeres, niños y ancianos.
El reparto de camisetas, gorras, alimentos y bebidas, advirtieron, se realizaría al término del evento. En cambio, repartieron bolsas negras llenas de globos blancos y morados –los colores oficiales de la Cruzada Nacional contra el Hambre–, así como cartulinas de colores fosforescentes con la leyenda de SEDESOL marcada con pintura negra.
Mientras Meade Kuribreña gozaba de la sombra, acompañado del gobernador Kiko Vega, el alcalde Jorge Astiazarán, los titulares de Desarrollo Social en Tijuana y en Baja California y un par de mujeres de la tercera edad, beneficiarias de los programas de SEDESOL, una gran parte de los asistentes se cubrían del sol con sombrillas y hojas.
En todo momento, las dos pantallas colocadas a cada lado del escenario, mostraban un vídeo del titular de SEDESOL caminando entre beneficiarios, abrazándolos y dando discursos en diferentes partes del país.
También se mostraba el currículum de Meade Kuribreña, que fue secretario de Hacienda en el sexenio de Felipe Calderón, y desde el 27 de agosto, fue reacomodado en el gabinete de Peña Nieto de Relaciones Exteriores a Desarrollo Social.
Por medio de la firma del convenio “Por una Baja California Sin Pobreza”, los funcionarios prometieron “reducir las carencias sociales” en materia de educación, vivienda, alimentación y salud.
Las porras desde la audiencia –coordinadas por las jóvenes empleadas de SEDESOL– celebraban cada descanso del discurso de José Antonio Meade, quien caminó entre las filas de sillas, seguido por su equipo de Comunicación Social, fotógrafos, camarógrafos y reporteros.
Sin embargo, ya que el evento concluyó, el Meade saludaba y se fotografiaba con los beneficiarios, acompañado del alcalde, el gobernador y el delegado de SEDESOL en Baja California, Marco Antonio Bolaños, cuando un grupo de mujeres se acercó para reclamar a Astiazarán que no se cumple con la nomenclatura requerida para el Programa Hábitat de SEDESOL.
Frente a Meade Kuribreña, el alcalde negó el problema y se enorgulleció “Qué pena, cumplo lo que prometo”.
