Bashar Háfez al Assad, quien ha sido presidente de Siria desde el 2000, anunció este martes que acepta el “cese de las operaciones de combate” en su territorio, después de que el lunes Estados Unidos y Rusia acordaron el inicio del alto el fuego a partir de la medianoche del 27 de febrero.
Bashar al Assad, había manifestado el sábado pasado su disposición a aceptar un alto el fuego bajo la condición de que los “terroristas” no lo utilicen para beneficio propio y de que los países que apoyan a los insurgentes interrumpan estas ayudas.
“Hemos dicho que estamos dispuestos a interrumpir las operaciones militares, pero la cuestión es sobre factores más importantes (…) como evitar que los terroristas lo utilicen para mejorar su posición”, afirmó Al Assad en declaraciones a los medios oficiales.
Este alto el fuego debe garantizar que “otros países, especialmente Turquía, no puedan enviar más terroristas y armas ni ningún tipo de apoyo logístico”, señaló el presidente sirio.
“La República Árabe de Siria anuncia su aceptación del cese de las operaciones de combatesobre la base de la continuación de los esfuerzos militares de lucha antiterrorista contra el ‘Daesh” (acrónimo en árabe de Estado Islámico) y el Frente al Nusra”, anunció una fuente de alto rango del Ministerio sirio de Exteriores.
Esa condición ya estaba prevista en el pacto entre las potencias que fue elevado a la consideración de Al Assad, que indicaba además que “el cese de hostilidades se aplicará a todas las partes implicadas en el conflicto sirio que hayan indicado su compromiso a una aceptación de sus términos”, según el comunicado del Departamento de Estado norteamericano.
Para asegurar este alto el fuego de manera que “se promueva la estabilidad y proteja aquellas partes implicadas, tanto Rusia como Estados Unidos están dispuestas para intercambiar información pertinente”, agrega la nota.
El secretario de Estado de EU, John Kerry, quien ha conversado este fin de semana en varias ocasiones con su homólogo ruso, Sergey Lavrov, celebró el acuerdo alcanzado.
“Este es un momento de promesas, pero el cumplimiento de estas promesas depende de acciones”, subrayó Kerry en un comunicado.
Según los últimos datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el conflicto sirio ha dejado desde su inicio en 2011 más de 250 mil personas muertas y provocado 4 millones de refugiados, que han salido del país huyendo de la violencia.