Catalino Zavala Márquez fue en su juventud un aguerrido activista. Lo suyo era la tierra para los necesitados, pero luego se encumbró en la política. Con el membrete del PRD llegó por primera vez como diputado al Congreso del Estado en 1989. Era el único que rompía el bipartidismo PAN-PRI, y por ello le apodaban el fiel de la balanza. Con las mismas siglas llegó por segunda ocasión en 1995 a la misma Cámara local, y de nuevo en 2001. Para 2004 se despojó de su activismo e ideología izquierdista para brincar al Partido Revolucionario Institucional, donde se lio con Fernando Castro Trenti hasta llegar al trienio infame que encabezó Jorge Hank Rhon. Después de ello, en 2008 y con las siglas del PRI en la boleta electoral contendió por el Distrito 16 y ganó una curul en el Congreso de Baja California. De ahí saltó a un cargo en el Ayuntamiento de Rosarito, también de extracción priista. Pero el 30 de diciembre de 2015, Zavala renunció al PRI. Igual con el consentimiento de quien ahí lo llevó, pero la tirada es convertirse por quinta ocasión en diputado, aunque ahora por ¡MORENA! En efecto, Catalino dimitió del tricolor para arrojarse a los brazos de Jaime Bonilla, quien ya le ha asegurado la candidatura por el Distrito 16 en las elecciones locales de este año. Ahora sí que Catalino Zavala no se rinde. Va por quinta ocasión en el Congreso… y con cachucha nueva.