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viernes, febrero 16, 2024
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“Making a Murderer”, una historia de la vida real

¿Pondrías en duda la culpabilidad de alguien en un asesinato, si antes se le encarceló erróneamente por otro delito? Tal vez sea muy aventurado decidir y pienses que necesites conocer todo el contexto. Pero si el nombre Steven Avery te suena familiar, es probable que ya tengas una respuesta y seas parte de los miles de usuarios de Netflix que se engancharon rápidamente a la historia del hombre que pasó 18 años en la cárcel, por un delito que no cometió. Si no es así, es mejor que dejes de leer más detalles y vayas directo a ver el documental que crearon Laura Ricciardi y Moira Demos, a lo largo de diez años. Todo comienza con “18 Años Perdidos”, capítulo de 64 minutos en los que se introduce la historia de Avery, un hombre de Wisconsin al que liberan de prisión cuando una prueba de ADN confirma su inocencia en el asalto sexual e intento de homicidio de Penny Beerntsen, todo un modelo a seguir en Manitowoc, sitio donde transcurren los hechos. Sin embargo, lo que en apariencia es la resolución grata -muy tardía pero grata- de un caso que sacó a la luz los malos manejos del sistema de justicia en dicho condado, termina convirtiéndose en el inicio de una avalancha que va detrás de su protagonista. Para intentar que nadie más pasara por una injusticia similar, e indemnizar en cierta forma el tiempo que estuvo tras las rejas -pese a que en un punto el verdadero culpable insinuó su confesión-, Avery demandó por 36 millones de dólares a los policías que llevaron su caso, señalando que lo hicieron de forma corrupta. Es entonces que su esfuerzo por recuperar la vida que solía tener antes de estar en la cárcel, se desmorona abruptamente, ya que al poco tiempo se le acusa del asesinato de la fotógrafa Teresa Halbach. De nuevo, el infierno de ir a juicio y quedar en manos de otros se hace presente. Tensión, intriga, coraje, dudas y estrés, serán parte de las emociones que el espectador viva al ver los diez capítulos que comprenden a la serie que difícilmente se puede dosificar, ya que al final de cada hora hay un arpón perfecto que invita a seguir avanzando en la trama que se está convirtiendo en uno de los mayores éxitos de Netflix, pues a diferencia de otros proyectos lanzados previamente, esté se conforma de hechos reales a los que no se puede ser indiferente, sin importar cuál sea la postura que se tome después de conocerlo. La nueva pregunta ahora es: ¿Puede un documental cambiar el rumbo de un caso ante la justicia? Todavía no es una certeza en cuanto a Avery, pero por lo pronto hay quienes han decidido manifestarse a su favor, como son los más de 320 mil firmantes a la petición creada en Change.org, dirigida al Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y a Scott Walker, actual gobernador de Wisconsin, para que intervengan en la liberación de Steven, ya que se cree que las pruebas que lo acusan fueron plantadas por la misma gente que lo encarceló antes. Otra de las respuestas del caso que suma a Brendan Dassey, sobrino del acusado que confesó -de manera dudosa- ayudarle en el asesinato de Teresa, es la página http://www.freestevenavery.com/ , donde se despliegan opciones de ayuda que la gente puede considerar. Bajo el mismo usuario también existe una cuenta en Twitter, y en Facebook está el grupo “StevenAveryJustice”, que manejan los padres de éste. Con toda la atención mediática, falta ver si sucede algo similar a la serie documental de HBO “The Jinx” y el podcast “Serial” que, con el material que recabaron, hicieron que sus casos reconsideraran tener nueva evidencia. “Making a Murderer” está disponible en Netflix desde el 18 de diciembre.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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