La mujer del director de la fábrica acaba de enterarse que su marido tiene una nueva secretaria. Aquella misma tarde, sin dejarle siquiera cruzar la puerta de casa, le interroga: — ¿Son bonitas las piernas de tu nueva secretaria? “No me he fijado”. — ¿Y de qué color son sus ojos? “¡Mujer!, ni tiempo he tenido de verlos”. — ¿Y cómo se viste? “Muy rápidamente”. Autor: La recepcionista.