Para que en el gobierno mexicano realmente prevalezca el estado de derecho éste debe respetar y hacer valer los derechos de sus ciudadanos, protegiéndolos de la indefensión ante gobierno extranjeros.
Hayan o no delinquido.
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¿De qué sirvieron los 57 mil millones de pesos que se invirtieron en la construcción de El Altiplano?, un penal de máxima seguridad, el que ahora resulta incapaz y obsoleto para mantener en prisión a Joaquín “El Chapo” Guzmán
Éste fue el mega-costo para un penal que no cumple con los más mínimos requisitos de seguridad y salubridad para los que fue creado. Sus celdas (al menos donde estaba “El Chapo”) no cuentan con una elemental y modesta taza de baño. En su lugar solo existe un hoyo, por el que cualquiera puede darse a la fuga, como ya lo vimos.
Ahora: ¿Por qué pretenden extraditarlo y lavarse las manos como Poncio Pilatos?
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¿Qué acaso la justicia y las leyes mexicanas se sienten incapacitadas para dictar sentencias y hacer cumplir la ley a sus gobernados como la Constitución así lo exige?
“El Chapo” Guzmán aquí delinquió. Aunque sus actos criminales hayan tenido repercusión en otros países.
Aquí se logró arrestarlo. Y aquí debe de ser juzgado por los delitos que cometió, no ponerlo en estado de indefensión ante ningún país extranjero.
Estas acciones de ninguna manera pretenden exonerarlo de cargos criminales.
Ésta es la oportunidad de México de demostrar ante el mundo entero que es un país “libre, soberano y autónomo”. Pues tiene la facultad de gobernarse por sus propias leyes. Por ningún motivo debe de estar sometido al control e injerencias de otros países en sus asuntos internos.
México debería de aprender a tomar el ejemplo de otros países. Como Francia y Estados Unidos cuando se trata de defender a sus ciudadanos.
Ejemplos:
¿Por qué Francia hizo hasta lo imposible para rescatar a Florence Cassez y otorgarle libertad inmediata en su país? ¿Por qué? Porque se creó un severo conflicto diplomático, deteriorando las relaciones entre México y Francia. Lo que llevó al cierre de las actividades culturales denominadas “El año de México en Francia”. A Francia no le importó poner en riesgo sus relaciones con México por defender a la secuestradora.
¿Por qué Estados Unidos sí pudo extraditar a su país y también otorgarle la libertad inmediata a Andrew Tahmooressi, un marine, el cual en marzo de 2014 introdujo armas ilegalmente a México?
¿Por qué México no puede lograr la extradición de los tres mexicanos sentenciados a muerte en Malasia?
¿Por qué Estados Unidos se hace el indiferente ante las súplicas de clemencia y perdón, aunque solo fuera para uno de los más de 50 mexicanos actualmente sentenciados a muerte en ese país?
Todo esto no tiene más que un significado: que para todos ellos contamos menos del valor que tiene un cero a la izquierda.
Ahora: ¿en qué papel quedan los esfuerzos temerarios de las fuerzas armadas de nuestro país, que día a día exponen sus vidas para combatir a las organizaciones criminales, si sus créditos se los disputan gobiernos extranjeros?
Debemos dejar de ser sumisos. Y exigir respeto y confianza hacia nuestras instituciones. Creo que México y los mexicanos nos lo merecemos.
Y con ello honrar a los que murieron para darnos “patria y libertad”, para que su sacrificio no haya sido en vano al darnos “soberanía”. Porque “la muerte no es morir. La muerte es vivir la vida obedeciendo órdenes”.
El Presidente Peña Nieto debería mantener una postura firme. Y devolvernos a los mexicanos un poco de la dignidad perdida.
Atentamente.
Armida Saralegui
Tijuana, B. C.
