El SINDJA y el SINIJAS ya operan formalmente en el Valle de San Quintín para afiliar a los jornaleros y poder dar la representación laboral que incluye el emplazamiento a huelga. Pero mientras los trabajadores se organizan, el Gobierno Federal sigue sin cumplir los compromisos del subsecretario Miranda Nava. El contexto es el mismo: sin aumento de salario, sin aguinaldo, sin INFONAVIT, sin seguro social y ninguna otra prestación
De lucha y de combate, será el Sindicato Independiente Nacional de Jornaleros Agrícolas (SINDJA), advirtió Fidel Sánchez durante la entrega del registro del mismo, el domingo 17 de enero en una cancha de la delegación Vicente Guerrero.
A semanas de cumplirse un año del levantamiento de los jornaleros en el Valle de San Quintín, no se han consumado los compromisos contraídos por el Gobierno Federal. Pero ya existen dos sindicatos con registro nacional.
El primero, el Sindicato Nacional Independiente de Jornaleros Agrícolas y Similares (SINIJAS), que contó con el apoyo y asesoría del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y del PRD, registrado en diciembre pasado y conformado por disidentes de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social, como Fermín Salazar, Lucina Hernández, Justino Herrera y el a la postre secretario general del naciente sindicato, Enrique Alatorre.
Uno y otro se dice el “auténtico”, el realmente formado por jornaleros en su comité ejecutivo, mientras que de manera velada se desacreditan mutuamente.
“No será éste un sindicato charro y ratero como los que han existido siempre en el país…”. Sánchez, el líder de facto de la Alianza de Jornaleros, fue la voz oficial de la presentación del SINDJA, pero aclaró que ni él ni ningún vocero de ese grupo tendrán un cargo en el comité sindical.
Fidel retomó su discurso combativo y de repudio contra “el Gobierno del Estado, el gobierno municipal y sus legislaciones”, para advertir la tónica del Sindicato “parido” por la Alianza.
Avalado por otras agrupaciones gremiales de jornaleros en el pais y el extranjero, el vocero jornalero espetó contra la autoridad: “A todos solamente les ha preocupado cada día qué zapatos se van a poner, qué corbata se van a poner y qué van a desayunar…”.
Ejemplificó lo miserable que son nuestros diputados cuando aprueban que el salario mínimo llegue a 70 pesos con 10 centavos, “cuando ellos dan propinas de 100 a 200 pesos… Por eso hoy se va a prender la antorcha de la esperanza para todos los jornaleros del país”.
La oratoria estuvo enérgica, como en los tiempos de la rebelión. “Yo soy jornalero, soy mixteco, soy oaxaqueño y soy un mexicano más del país, así como ustedes, somos igualitos, compañeros, he hecho también producir la tierra de Baja California y no me avergüenzo decirlo, porque es mi profesión”.
El comité ejecutivo nacional del sindicato avalado por los aliancistas quedó conformado por Lorenzo Rodríguez Jiménez, jornalero oaxaqueño radicado en San Quintín; como secretario de organización, Librado López Mendoza; como secretario de finanzas, Conrado Velasco Luévano, de Aguascalientes; José Feliciano Ochoa, secretario de trabajo y conflicto; Minerva Marina, jornalera de Maneadero, como secretaria de igualdad y género, entre otros integrantes.
“Este sindicato sí es de jornales activos, ellos pudieron comprobar su relación de trabajo con las empresas, ninguno de ellos son profesionistas, ninguno de ellos presta sus servicios como funcionario público, ninguno de ellos es comerciante. Son jornaleros, esa es la estructura de nuestro Sindicato”, resaltó Sánchez.
SINDJA: GUERRA A DRISCOLL`S
Abundaron los aplausos entre los jornaleros convocados, y hasta el llanto en algunos de los oradores. Como Héctor Barba García, asesor jurídico de la Unión Nacional de Trabajadores y de la Alianza de Jornaleros, quien al hacer entrega del acta correspondiente al creado sindicato se refirió a los jornaleros del Valle de San Quintín como parte de los 500 años de esclavismo en la historia de nuestro país del nuevo sistema económico que llamó “esclavismo moderno”.
Advirtió que las condiciones del Valle de San Quintín ya han sido denunciadas en los foros más importantes del mundo, donde “ya saben el drama que viven los trabajadores mexicanos que producen el alimento que nos nutre a todos”.
El sudor le corría por la frente a Lorenzo Rodríguez Jiménez cuando pronunció su discurso como secretario general del SINDJA, el coraje como los días de la rebelión, pero ahora de júbilo, y también a media intervención le ganaron los lágrimas. “¡Ánimo, Lorenzo!”.
“Los patrones no nos van a engañar nunca más”, pronunció fuerte. “Los integrantes del comité ejecutivo somos activos en los surcos, nosotros sabemos lo barato que pagan la caja de fresa, de mora, por eso con esta herramienta vamos a poder defender a todos y cada uno de nuestros hermanos jornaleros”.
Lorenzo, ahora líder sindical nacional, tiene 26 años, es oriundo de Oaxaca y llegó a San Quintín hace 10 años, desde entonces contabiliza haber trabajado en más de 50 ranchos agrícolas diferentes, “pero existen más de cien”, precisa. Se niega a decir en qué empresa trabaja actualmente porque, asegura, siguen vigentes las represalias de los patrones.
“Con el registro de este sindicato no tendremos más que bloquear carreteras, no tendremos que ir más a la cárcel, con este registro no vamos a ser golpeados nunca más, si somos mayoría. Claro que el patrón se va a sentar en una mesa para negociar, claro que el gobierno no se va a meter más”.
Varios vítores de “¡sí se pudo!” remataron la verbena con trovadores, grupo norteño, banda de pueblo y hasta payasos, mientras las condiciones laborales siguen siendo las mismas de siempre. “No se ha cumplido nada”, afirma a ZETA Lorenzo, el joven secretario sindical. Ni siquiera el proceso de categorización se ha concretado, además de que la mayoría de las empresas siguen pagando 120 pesos el día -cuando lo pactado va de 150 a 180 pesos-, no se cumplió la promesa de un bono de fin de año equivalente a dos semanas de sueldo “y nada de lo demás”.
“Sí es difícil, pero no es imposible”, responde respecto al proceso de afiliación que ahora llevan a cabo y, sobre todo, al hecho de poder firmar contratos colectivos de trabajo con las agro empresas, cuando éstos ya están liados con otros sindicatos, o incluso cuando ya existe otro sindicato de jornaleros: “Llevamos más de 400 afiliados”.
Del otro sindicato, el de Enrique Alatorre, Rodríguez afirmó que no se van a pelear con ellos, pero no le gustó cómo hicieron las cosas, por eso no tuvo buena respuesta de la gente y no ha sido mucho el avance. Pero los jornaleros “se registrarán donde ellos decidan”.
Con la consolidación del SINDJA se encaminan las verdaderas intenciones de Fidel Sánchez. Según una fuente del Gobierno Federal, hay la intención de ahora sí amedrentar a la empresa trasnacional Driscoll`s distribuidora de todos los frutos rojos que salen del Valle de San Quintín hacia los mercados extranjeros, beneficiando de rebote a otras empresas distribuidoras extranjeras que están en buena relación con la agrupación norteamericana United Farm Workers, misma que asesoró a los aliancistas en el proceso de crear el sindicato.
Si como alianza lo anunciaron los voceros, ahora como sindicato se quiere cumplir el boicot económico internacional, situación que muchos ven muy factible con un Fidel Sánchez que se desenvuelve bien en el idioma inglés y las negociaciones tras haber laborado varios años como jornalero en Florida, Estados Unidos.
SINIJAS: PARA SEGUIR EXIGIENDO AL GOBIERNO
El sindicato que se registró el domingo 17 de enero “es otro”, quiere dejar claro Enrique Alatorre. “Éste se llama Sindicato Nacional Independiente de Jornaleros Agrícolas y Similares (SINIJAS SINDJA)”, puntualiza el secretario general del comité ejecutivo nacional del sindicato también ya con registro: “Fue el primero”.
“Tenemos todos los derechos para emplazar a huelga, queremos que toda la gente de Ensenada se entere, y de todo México, porque estaremos para ayudar a la gente de todo el país, pero ahorita estamos clavados en San Quintin por este escándalo tan fuerte, que parecía escándalo, pero para nosotros fue una cosa maravillosa; ahora todo el mundo se fija en San Quintín”, declaró.
Están en el proceso de pedir afiliados y para ello el sindicato tiene oficina en San Quintin, una en Maneadero y dos en Vicente Guerrero. “Queremos ayudarlos de corazón”, expresa Alatorre. “No estamos centaveando a nadie, nos estamos metiendo muy duro porque queremos que este año se vea un cambio en nuestra gente del campo”.
Corrobora que en los ranchos agrícolas todo sigue igual. El mismo salario, sin aguinaldo, INFONAVIT, seguro social, ninguna otra prestación. Como organización sindical, exigirán el salario no integrado, camiones, quince guarderías, el reiterado hospital.
“Todo quedó en el papel, en los documentos de la mesa de diálogo, no se ha cumplido nada”, reitera de los 14 puntos de la minuta firmada el 4 de julio de 2015 entre la Alianza y el Gobierno Federal.
Alatorre insiste que su sindicato lleva el “similares” porque quieren afiliar de todo, lo mismo trabajadores del campo que empleados en general, de otras empresas, de oficina, incluso hasta a reporteros, “este sindicato sí nació para ayudar al trabajador del campo.
“Mire, la verdad, yo soy honesto, no me gusta mentir. Yo fui jornalero, ya no lo soy, tengo una tienda, cierto, pero conozco el trabajo del jornalero”, aclara el ahora dirigente sindical, a propósito del descrédito del otro sindicato, al resaltar que ellos sí son jornaleros en activo.
Enrique Alatorre actualmente trabaja un puesto de mariscos, fue empleado de Reglamentos en la administración municipal de Enrique Pelayo Torres, líder de los vendedores ambulantes afiliados a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) del Partido Revolucionario Institucional y, aseguran fuentes del gobierno, en ese tiempo cobraba derecho de piso vendedores irregulares y cuota a bares de San Quintín.
“La lucha es para el jornaleros, para el trabajador, dígame usted, un jornalero no puede crear un sindicato solo. Yo no estoy en contra, pero que no los engañen, ¿no?”, plantea Alatorre que el “otro” sindicato está cargado al Partido de la Revolución Democrática y no ellos: “Lo estoy viendo mal porque son compañeros que anduvimos luchando juntos, pero no nos interesa eso”.
Con Alatorre, complementan el comité ejecutivo del SIDIJAS otros disidentes de la Alianza como el profesor Fermín Salazar, la parte intelectual de esa fracción; Lucina Hernández, quien según la apreciación de las fuentes gubernamentales, se integró al movimiento más por su afán de venganza contra el rancho agrícola Los Pinos, cuya administración le prohibió continuar con la venta de tortas afuera de la empresa; mientras que a Justino Herrera la autoridad lo ve como el más violento y fue considerado sospechoso en el incendio de la oficina delegacional de Vicente Guerrero, misma de la que fue gestor en su calidad de delegado municipal en la administración de Pelayo.
Como sea, para ambos sindicatos -quienes preparan festejo y movilizaciones para el próximo 17 de marzo- la verdadera lucha apenas estar por iniciar: “La tarea no será fácil, cómo van a poder amarrar contratos colectivos de trabajo, porque los empresarios tienen la facultad de permitir o no el ingreso, debido a que la totalidad de las empresas ya tienen sindicatos”, opinó un especialista en materia laboral.
Mientras el Gobierno Federal y el subsecretario Enrique Miranda Nava “se hacen ojo de hormiga” con los compromisos y la gestión municipal de Gilberto Hirata ni los ve ni los oye, la administración estatal insiste en que ya hizo su parte “de manera puntual, mucho le corresponde ahora al Gobierno Federal”, se deslinda Miguel Ángel Castillo, subsecretario de Gobierno en Ensenada.
El funcionario se muestra ajeno al contexto de San Quintín y lo que ha venido ocurriendo con la alianza, la ruptura y ahora dos sindicatos: “No tenemos ningún inconveniente, ni es prioridad decir si se dividieron o no se dividieron”.
Castillo entró como subsecretario de Gobierno en lugar del también ex alcalde Pablo Alejo López Núñez, quien busca una candidatura a diputado y en su cargo le tocó dar la cara en los disturbios del verano pasado, situación que festeja su sucesor: “Pablo Alejo salió bien librado, San Quintín es un problema que ya no es problema”.