Joaquín Arizmendi Avilés fue capturado como responsable de participar en la balacera que se desarrolló en el palenque Póker la noche del sábado 23 de enero en Ensenada. La aprehensión fue realizada por elementos de la Policía Ministerial del estado en la zona valle del municipio.
No hay detalles de la razón por la que fue detenido para inspección, pero de acuerdo a las autoridades lo encontraron en posesión de una bolsa que contenía cuatro armas, incluidas una calibre 40 que uso Arizmendi el día de los hechos, y dos más que resultaron positivas con los casquillos recuperados en el palenque Póker.
De acuerdo a la versión de Arizmendi, él fue contratado por gente que se dedica a la venta y trasiego de droga en Ensenada, le dijeron que “iban a cobrar una deuda”, y el sábado le dieron las llaves del carro Izuzu blanco usado por los criminales; le dieron la instrucción de manejarlo.
Previamente, un grupo de hombres armados se subieron al auto y los llevó a la zona del palenque, asegura que escuchó los balazos, los delincuentes subieron al carro y él huyó, pero condujo solo unos metros, se detuvo sobre la calle Esmeralda a unos metros del palenque rumbo a Ojos Negros, todos huyeron en rumbos diferentes, y a él le dejaron las armas.
De acuerdo a la versión dada por la procuraduría en conferencia de prensa, el objetivo del ataque dado en el palenque Póker, escenario público que incluyó más de 400 personas como testigos, cuatro muertos y más de 20 lesionados, fue el ingeniero Carlos Arnoldo Verdugo Rodríguez, una de las cuatro personas fallecidas, quien recibió balazos en el cuello y el hombro.
Fundamentan la hipótesis oficial en que un empleado de Verdugo les informó que días atrás unos hombres los habían amenazado que llegaron con el ingeniero a exigirle que les abriera unas bodegas donde la víctima tenía químicos que usaba para actividades ilícitas, pero que también pueden ser utilizados como precursores de drogas.
El empleado aseguró que cuando les explicaron que ni el trabajador, ni su jefe y dueño de la empresa tenían llave de la bodega, los delincuentes decidieron solo amenazar la vida de Verdugo y no hicieron mayores esfuerzos por abrir el depósito que deseaban. También informó que le dejaron un mensaje amenazante.
Sin embargo, Arnoldo Verdugo no hizo denuncia de estos hechos.